saber de vino

Seamos sinceros. A todos, en alguna ocasión, nos habría venido muy bien ser expertos en alguna materia de la que poder presumir, con la que poder impresionar o que nos otorgue la licencia de poder callar alguna boca malintencionada. Es fácil que las situaciones durante las que he hemos echado de menos esa verborrea se den en momentos de despliegue culinario: comidas, cenas de trabajo, desayunos de empresa, eventos sociales en definitiva; también es fácil que el añorado conocimiento tenga que ver, por ejemplo, con el vino. Y es que saber de vino, no solo es estupendo e interesante, sino que puede conseguir mejorar notablemente nuestra imagen.

Tanto si eres de los que se ha encontrado en el aprieto mencionado, como si eres de los que estás dispuesto a evitarlo, seguro que te interesa tener  algunas nociones básicas mientras decides, en serio, aprender y saber sobre vino, el gran protagonista de tantos eventos sociales y de tantos comercios especializados o no.

Lo primero que deberías saber es que en España tenemos más de sesenta denominaciones de origen y que en todas ellas puedes encontrar buenos vinos. Ribera y Rioja son quizás, las más conocidas, pero no las únicas.

¿Cuántas copas de vino puedes servir con una botella?

Bien, ya sabes que con una botella de vino tendrás aproximadamente siete copas, así que esto te puede ayudar a sacar del aprieto a cualquier anfitrión que esté preparando una comida o una cena y al que no se le den bien las cantidades.

Mucho cuidado con llenar la copa de vino hasta arriba o con coger la copa con la palma de la mano.  Es una simple cuestión de buen gusto cuya falta puede delatar a quien no siga tan elemental norma. Ni que decir tiene que todo lo que no sea vino embotellado en botella de vidrio, puedes olvidarlo y que una vez botella en mano, no necesitas que el corcho ‘salte de alegría’ cuando abras la botella. Un vino espumoso conservará mejor sus propiedades si al abrirlo lo haces suavemente y sin escándalos.

Llegado el momento de abrir la botella, recuerda que el orden en el que debes poner a trabajar tus sentidos es el siguiente: vista, olfato y gusto. Disfruta de cada uno de ellos por este orden.

Y tan importante es cómo lo miras, cómo lo hueles y cómo lo saboreas, como la copa en la que lo sirves. Los vinos blancos jóvenes están hechos para copas más pequeñas con menor apertura y, los tintos jóvenes, crianza y blancos crianza, para copas de Burdeos y Borgoña; es decir, para copas de mayor tamaño y de boca más ancha. La razón: poder disfrutar del olor que desprende el vino de estas características.
No olvides después, que la mejor forma de conservar el vino es guardando la botella en posición horizontal y, por supuesto, no olvides consultar los diferentes maridajes.

Aunque estas breves instrucciones de supervivencia pueden ayudarte, todavía queda mucho por aprender.