nombrevino

Antes de entrar en materia y pasar a exponer algunas de las traducciones a otros idiomas de la palabra ¨vino¨, quizás sería interesante hablar brevemente del origen de esta palabra que da nombre a una bebida que encierra una gran historia, una gran tradición y, sin lugar a dudas, una grandísima pasión en todo el mundo.

Dicen que el origen exacto de la palabra vino es desconocido. Hay aproximaciones según las cuales, ¨vino¨ procede de la palabra latina ¨vinum¨, que a su vez tiene su origen en la palabra griega ¨oinos¨,  posiblemente, madre de nuestra castellana ¨enología¨. Pero para dar con una explicación más fantástica, quizás deberíamos mencionar el hecho de que hay quien prefiere encontrar la relación entre la palabra ¨vino¨ y el término ¨vana¨, que en sánscrito significa ¨amor¨ y que podría estar relacionado con el poder afrodisíaco que antiguamente se le atribuía.

Como se dice vino en otros idiomas

Sea cual sea la historia de cómo y por qué llamamos así a una bebida como la que nos ocupa, es interesante comprobar la similitud entre algunos de los términos empleados en otras lenguas y el empleado en catellano; interesante y útil tal vez para aquellos que vayan a viajar hasta alguno de estos lugares y que no descarten la posibilidad de probar y disfrutar de los vinos del lugar.

Rotwein es la palabra alemana para vino tinto y crno vino, los vocablos bosnios. Los checos lo llaman červené víno y los daneses rødvin. Para pedir un vino en Estonia, bastará con articular los siguientes términos: punane vein, que es parecido al punaviini  que dicen en Finlandia y completamente dierente al húngaro, vörösbor.

Un poquito más cerca, también beben vino tinto y lo hacen pidiendo un red wine en Inglaterra, un vino rosso en Italia o un vin rouge en nuestra vecina Francia. El también vecino Portugal,  nos lo pone más fácil con su vinho tinto, mucho más de lo que lo hacen algunas de las lenguas que se hablan en España.

Quien prefiera empezar por conocer los vinos de nuestro país, puede hacerlo por ejemplo, en euskera -ardo beltza-, en catalán – vi negre- o en gallego, -viño tinto-, porque está claro que allá donde vayamos, siempre habrá un buen vino tinto esperándonos y, sea cual sea nuestra lengua materna, siempre encontraremos su traducción en otro idioma.

La bebida más internacional tiene, como no podía ser de otra manera, mil y una maneras de ser nombrada y mil y un momentos para ser saboreada.