Amantes del vino, estáis de enhorabuena. Es bien sabido por todos que una copita de vino al día es buena para nuestra salud, pero probablemente no sepas cuáles son esas cualidades que tan beneficiosas son para nuestro organismo.
Numerosos estudios científicos recientes han ahondado en esta cuestión y han expuesto de qué manera el vino puede ayudar a cuidarnos y a mejorar nuestra salud, eso sí, siempre con moderación. ¿Quieres saber cuáles son?
- Ayuda a reducir el colesterol. El resveratrol, una sustancia química rica en antioxidantes que posee el vino, ayuda a evitar la formación de coágulos. Una copa de vino nos ayuda a aumentar el “colesterol bueno” y reducir el “malo”, evitando igualmente problemas cardiovasculares.
- Cuida nuestro corazón. La vitamina E favorece la limpieza de la sangre y evita la aparición de coágulos, a la vez que preserva los tejidos de los vasos sanguíneos.
- Libera endorfinas. El hecho de beber vino casi siempre nos gusta. Eso quizá se debe al papel del vino como potenciador en la liberación de endorfinas, la sustancia de la felicidad, produciendo así una sensación de placer y relajación muy positiva.
- Reduce el riesgo de cáncer. La acción antioxidante del vino (resveratrol) es decisiva en el bloqueo de aparición y crecimiento de células cancerígenas. Igualmente, es importante llevar una vida saludable y evitar otros hábitos peligrosos como el tabaco.
- Cuida nuestras encías. Si sufres problemas bucales, ya es hora de empezar a acompañar tus comidas con una buena copa de vino. Algunos de sus componentes pueden evitar la aparición de estreptococos y bacterias que producen caries, y ayudar a tratar enfermedades como la gingivitis (inflamación de encías) y dolor de garganta.
- Limpia el paladar. Si tomamos una copa con la comida, las propiedades astringentes del vino nos ayudarán a percibir el sabor de la comida de una manera más intensa que si lo hiciéramos con agua. Un motivo más para no dejar de pedir ese vino de Ribera de Duero que tanto te gusta.
- Previene el cansancio. Los estudios afirman que el resveratrol nos ayuda en aquellos días en los que estamos más cansados, desganados o apáticos. Nada mejor que una copa de vino para aumentar un poquito nuestra energía y nuestras ganas.
- Ayuda a regular nuestro peso. Como cualquier otro alimento, el vino tiene un cierto nivel de calorías que tenemos que tener en cuenta a la hora de su consumo, y dependiendo de lo que bebamos, afectará en mayor o menor medida a nuestro peso. Sin embargo, basándonos en los resultados de estos estudios, podemos afirmar igualmente que el vino evita la creación de células de grasa y moviliza las existentes para ir eliminándolas. De todos modos, tengamos en cuenta que el vino no es milagroso, y que lo mejor para controlar nuestro peso es llevar una vida saludable, seguir una dieta equilibrada, y practicar un poco de ejercicio diario.
- Es bueno para nuestro cerebro. Un consumo moderado de vino al día ayuda a nuestra capacidad cognitiva y a evitar enfermedades degenerativas y demencias. Esto se debe a la acción antioxidante y antiinflamatoria de sus componentes, que evitan la coagulación y favorecen el riego sanguíneo.
- Combate las enfermedades urinarias. Sus propiedades antioxidantes y astringentes favorece el funcionamiento de filtrado de los riñones y evita la aparición de bacterias en la vejiga.
Sin duda estas son buenas noticias para aquellos amantes del vino que cada día disfrutamos de su sabor. Con una vida saludable y equilibrada, y un consumo moderado, podrás hacer del vino un gran aliado para cuidar de tu salud.
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