La agricultura biodinámica es una filosofía, una forma de ejercer la agricultura en consonancia con la naturaleza. Y no sólo con el ecosistema, es decir, con todo lo que rodea, en este caso, al viñedo, sino también el trabajar en consonancia con el ritmo cósmico: las fases de la luna, las constelaciones, etc…
El movimiento ‘biodinámico’ surgió a partir de unas conferencias ofrecidas por el Croata (entonces Imperio Sustro – Húngaro) Rudolf Steiner en Koberwitz, Polonia, en 1924.
Su visión en agricultura se basaba en mantener un suelo vivo, de tal manera que las plantas aprendan a auto-regularse y auto-defenderse de los ataques externos. La intervención del hombre se reduciría a la mínima expresión para, de la misma forma, ahorrar en costes de mano de obra y hacer un uso eficaz de la misma.
Con la aplicación de las técnicas de la agricultura biodinámica se busca la obtención de productos saludables, pues no permite el empleo de tratamientos de síntesis química, sino que prima el autoabastecimiento con nutrientes completamente naturales, como abonos, infusiones de hierbas y otros preparados.
En el caso del viñedo, es importante permitir que la flora propia de cada parcela crezca de manera natural, lo que llamamos ‘cubierta vegetal’; pues actúa como termorreguladora natural del suelo guardando reservas de agua y nutrientes, además de favorecer la coexistencia de los organismos vivos. En Bodegas Comenge pensamos que la cubierta vegetal es fundamental para obtener unos vinos sanos y de calidad… Queremos trasladar nuestro paisaje a una copa de vino.
Las ideas, aún hoy, revolucionarias de Rudolf Steiner, iban más allá del ecosistema tangible en el que vivimos día a día; también se centraban en el cosmos, en la influencia que los planetas y las constelaciones ejercen sobre los seres vivos. Al final y al cabo, ¿si las fases de la luna marcan el movimiento de las mareas, por qué no va a influir en el desarrollo de otros organismos vivos?
El calendario biodinámico de María Thun
Seguro que en alguna ocasión han escuchado hablar de los días raíz, hoja, flor y fruto; de aquellos ‘locos’ que podan en luna o creciente y de un calendario para ‘lunáticos’ también denominado el ‘Calendario Biodinámico de María Thun’.
María Thun era una alemana nacida en Marburgo en 1922 y, desde niña, observaba la pequeña granja que tenía su familia alerta a diversos cambios que no podía explicar de una manera racional.
Gracias a su marido, conoció a uno de los asistentes al curso que impartió Rudolf Steiner y es a partir de entonces cuando comenzó a desarrollar una, podría llamarse, guía práctica o de consejos basados en la antroposofía (que es el término empleado para describir el pensamiento de Steiner).
El Calendario Biodinámico de María Thun divide los días en raíz, hoja, flor y fruto. Casa uno de esos días es recomendable para efectuar una práctica agrícola (plantar, podar, regar…) según lo que se quiera conseguir y en función del hemisferio del planeta el que uno se encuentre.
Sus planteamientos se pueden incluso trasladar a las prácticas más cotidianas, pues gracias a su interpretación podemos escoger cuándo cortarnos el pelo si queremos que nos crezca más rápido o despacio, o cuáles son los mejores días para catar un vino. Si eres un auténtico ‘wine lover‘ y te ha gustado este post, te recomendamos una aplicación (de momento sólo para IPhone y Ipad) llamada ‘When Wine Tastes Best’, un calendario biodinámico que indica cuándo es el mejor momento para catar vino.
Yo creo que también influyen otros aspectos mucho más cercanos como por ejemplo, lo cercano que pueda estar una ciudad, la contaminación acústica, lumínica…
Importante los conocimientos biodinamico, tiene relacion muy estrecha con los vonocimientos local o tradicional que aplican los pueblos originarios de Chiapas en México.
Muy interesante tu comentario, gracias por la aportación.
Un saludo!