NOTA DE LA AÑADA
Refleja el carácter típico de la D. O. Ribera del Duero, una zona extrema para el cultivo de la vid donde el clima juega un papel predominante. El año se vio marcado por las frecuentes lluvias caídas en los meses primaverales, convirtiendo nuestros viñedos en hermosas praderas naturales. En esas condiciones de escasez de horas de sol y moderada temperatura, las viñas retrasaron su maduración hasta finales de octubre. Con el fin de garantizar la maduración de los racimos, así como su buen estado sanitario, los rendimientos dejados en las viñas fueron muy bajos (2.800 – 3.200 kg/ha). El manejo ecológico de los viñedos demostró la enorme diferencia a favor de la calidad que este tipo de viticultura conlleva, evitando la aparición de enfermedades, regulando de manera natural el crecimiento de las plantas y mejorando de manera significativa la iluminación y aireación de los racimos, llegando a la tardía fecha de vendimia (3ª semana de octubre) con unas uvas perfectamente sanas y maduras que nos permite ofrecer hoy un vino de altísima calidad capaz de reflejar el carácter singular de esta añada.
NOTA DE CATA
Color cereza violáceo. Las primeras sensaciones olfativas son muy sugestivas, recordándonos a fruta roja fresca, plantas aromáticas y finas maderas, que muestra el trabajo en viña y bodega. En boca tiene un paso fluído y fresco, llenándonos de recuerdos a fruta roja, notas cremosas (toffee, cacao) y florales (violetas). Es un vino de una gran riqueza, con buen potencial de envejecimiento en el futuro. Un vino de encanto, sabor y de una rara sensualidad.
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