Bodegas Comenge se prepara para celebrar su 20 aniversario con una importante ampliación del viñedo y de las instalaciones de la bodega. Rafael Cuerda, director y enólogo de la bodega, explica todos los de detalles sobre los nuevos majuelos.

¿Por que habéis decidido ampliar con nuevas plantaciones?

R: En Bodegas Comenge hemos creído desde el principio que la base o una parte muy importante para el control de la calidad del vino es disponer de nuestro propio viñedo. Ello va unido al crecimiento lógico que ha tenido la empresa durante estos 20 años, durante los cuales hemos adquirido un gran conocimiento de la zona que nos ha permitido afrontar la decisión de ampliar el viñedo con mucho más conocimiento y experiencia.

¿Qué criterios se han seguido?

R: Una parte importante de estos nuevos terrenos están en el municipio de Curiel de Duero, a continuación de lo que ya tenemos plantado. Conocemos muy bien el potencial del Tempranillo en esos suelos y nos parece un emplazamiento fabuloso. La plantación se va a desarrollar en dos años: en 2019, aquí en Curiel, se van a poner unas 5 Ha. Y el resto, que serán unas 35 Ha., se establecerán en 2020.

En busca de altitud y suelos calcáreos

¿Qué tipos de suelos se han escogido?

R: Curiel seguirá siendo la base para la elaboración de nuestros vinos porque nos encanta cómo se comporta el Tempranillo en estos suelos arcillo-calcáreos. Pero luego también hemos adquirido una parcela muy interesante en Canalejas, lo que supone un enfoque un poco diferente. Se trata de una parcela a bastante altitud, no es páramo pero casi (900 m), con un suelo sobre todo calizo y en una ladera tendida de pendiente moderada con orientación norte.

¿Buscando más frescura?

R: Efectivamente. Uno de las mayores inquietudes que tenemos actualmente en la bodega es el cambio climático. De hecho ahora mismo estamos inmersos en un programa de investigación sobre estos problemas a los que nos estamos enfrentando en los últimos años. La parcela de Canalejas son otras 22 Ha. de viñedo de altura, buscando maduraciones más lentas y mejores acideces en los mostos.

 

¿Cómo han ‘descubierto’ esos terrenos?

R: Las de Curiel evidentemente ya las conocíamos. El ‘boca-oído’ es muy importante y el propietario de la parcela de Canalejas se puso directamente en contacto con nosotros. El resultado van a ser unas 40 Ha. juntas en Curiel de Duero y otras 22 Ha. juntas en Canalejas.

¿Cómo se toma la decisión de qué y cómo se va a plantar? Me refiero a los clones, marcos de plantación, etc…

R: Primero, se hace un estudio previo de análisis de suelo: texturas y composición. En función de la composición, se escogen los patrones y después se mira la afinidad con la variedad determinada. Hay que tener en cuenta que el 80% del sistema radicular de la vid no es muy profundo, la mayor parte de sus raíces están a 40 cm de la superficie.

 

¿Qué nos encontramos en este corte vertical del suelo?

R: En la primera capa de 10 cm sobre todo materia orgánica. Después nos encontramos arcilla con descomposición de la roca madre o caliza, que se deposita por la erosión en todos los pequeños valles de la Ribera del Duero. Los terrenos calizos a mí me gustan porque dan una finura a los taninos del Tempranillo impresionante y, después, en boca, me gusta la sensación especiada que presenta la variedad en estos suelos.

Incorporación de la uva Syrah

¿Qué tipo de variedades van plantar en la totalidad del nuevo viñedo?

R: Va a haber Cabernet Sauvignon, Merlot, Tempranillo y Garnacha y algunas otras variedades, como el Albillo. Estamos a expensas de que el reglamento de la Denominación de Origen Ribera del Duero permita la Syrah para poder incorporar esa variedad.

¿Por qué habéis escogido esas nuevas variedades?

R: Al final se trata de tener una paleta aromática diversa que nos permita después afinar mejor el resultado final de la botella. Tradicionalmente siempre ha sido así, los viñedos viejos están en la mayor parte de los casos compuestos por distintas variedades que se complementan entre ellas. La moda de embotellar vinos monovarietales es en realidad bastante reciente, pero no necesariamente los mejores vinos se componen de una sola variedad, más bien la experiencia me dice todo lo contrario, y no hay más que echar un vistazo a la composición de los grandes vinos del mundo para darnos cuenta de que es así.

¿Qué marcos de plantación y formas de conducción manejan?

R: Nos gusta lo que en la Ribera llamamos marco de plantación ‘estrecho’, unas 3.600 plantas por Ha., es decir, más o menos un marco de plantación de 2,5 x 1 o 1,10 m. Con respecto a la conducción, aún no hemos decido si vaso o espaldera, dependerá de la parcela y variedad. Hay que ver muchas cosas, como saber las limitaciones del futuro manejo del cultivo en un escenario en la que cada vez es más complicado contar con mano de obra cualificada.

¿Cuánto tiempo ha de trascurrir para poder emplear los frutos con objeto de elaborar vino de calidad?

R: La primera vendimia de una planta nueva, cuando está ya formada (cuarto o quinto año) suele ser interesante. El factor fundamental para la calidad de una uva no es la edad de la cepa, sino el equilibrio que tengas en la planta y, en eso, tengo una amplia experiencia. Hay un periodo entre el sexto y el décimo año en el que las uvas pueden tener una buena expresión frutal, pero sin una gran complejidad. A partir de esa edad normalmente se aprecia una mejoría en la calidad de las uvas, la paleta aromática va ganando expresividad y complejidad, mostrando el verdadero carácter del terruño. Una vez más, en esto del vino, el tiempo siempre tiene cosas que contar…