La historia del vino en general y del vino tinto en particular, encierra múltiples curiosidades, entre ellas, el porqué de su nombre y, si vamos un poco más lejos, el porqué de los nombres de las diferentes uvas que dan lugar al vino tinto, tenga la denominación de origen que tenga.

¿Porqué lo llamamos vino tinto?

¿Por qué en España lo llamamos vino tinto y sin embargo en otros países como Francia o Inglaterra lo llaman vino rojo? Para encontrar la respuesta a esta pregunta tenemos que remontarnos al siglo XVII, época en la que se producía mucho más vino blanco que vino tinto. Esta realidad despertó la picardía de algunos a quienes se les ocurrió teñir el vino blanco con algunas gotas de vino tinto.

Hay que irse hasta Inglaterra para descubrir que fue éste el país en el que comenzó a producirse el clarete, vino blanco coloreado o teñido de rojo; una moda que España imitó y que terminó por incorporar el término vino tinto para referirse inicialmente al vino ‘teñido’, pero que con el tiempo terminó instalándose para denominar también a todo aquel vino rojo auténtico, es decir, sin tintar.

¿De donde vienen los nombres de las uvas?

¿Y el nombre de las diferentes uvas tintas? ¿De dónde viene? ¿Por qué se llaman Cabernet Sauvignon, Merlot, Tempranillo o Pinot Noir? ¿Quién es el responsable de que hoy en día las conozcamos por el nombre con el que se llaman las diferentes variedades de vino tinto?

La primera de ellas no es ni más ni menos, que el resultado de una cepa poco dócil, difícil de domar, salvaje. La traducción al español de una denominación que se remonta al siglo XVIII, bien podría ser la de salvaje de la caverna.

Algo similar le pasa a nuestra uva tempranillo a la que, por ser de maduración temprana, se le adjudicó tan tierno diminutivo para calificar a una de las variedades de vino tinto más conocida.

En cuanto al nombre Pinot Noir cuya traducción del francés no es otra que la de pino negro, viene de la forma del racimo en que crecen las uvas y cuya similitud con un pino invertido, dejo este nombre entre los viticultores del momento.

La uva Merlot, debe su nombre al término en francés antiguo que hace referencia a los mirlos, unos pájaros que sentían debilidad por las uvas de esta variedad y que han terminado siendo inmortalizados por quienes en su día decidieron darle su nombre a esta uva.

Es evidente que la historia del vino esconde tantas curiosidades como variedades de vino encontramos. El vino tinto es, para quienes lo disfrutan, fuente de inspiración, como lo fueron sus viñas para aquellos que hace ya siglos decidieron bautizarlas tal y como las conocemos todavía hoy.