Qué tendrá… Qué tendrá el vino que es tan sugerente; qué tendrá para que, desde el principio de los tiempos, haya sido fuente de inspiración de grandes autores.
Aprovechamos el breve repaso de la presencia de tan inspiradora y sugerente bebida, para invitaros a disfrutar de esta época estival leyendo, quizás, vino en mano, a algunos de estos autores que hoy os recordamos y que han otorgado al vino, alguna vez, destacada presencia en sus escritos.
El Cantar del Mio Cid, El Lazarillo de Tormes, La Celestina, … son, por poner algunos ejemplos, pruebas que recogen las bondades del vino; unas bondades que se presentan a través de sus personajes y que continúan durante años formando parte de nuestra literatura. La literatura contemporánea, es otro ejemplo; ésta nos presenta al vino como fuente de evasión, el clavo al que agarrarse en los momentos intempestivos, duros como la vida de aquel momento; prueba de ello: Luces de Bohemia de Valle Inclán o La Busca, de Pío Baroja.
Se mire por donde se mire, las alusiones al vino son inevitables. Todos los grandes han hablado de él o en él se han inspirado. El vínculo existe y de ello da fe el propio Shakespeare en su obra Enrique IV; o el mismísimo Tolstoi en Anna Karenina, en la que las alusiones a la embriaguez producida por el vino, bien podrían equipararse a la que produce el estado del enamoramiento.
Con los clásicos, la experiencia del vino suele ir ligada a las más intensas emociones; una experiencia que ya entrado el siglo XX se vive como algo saludable y normal, parte de una vida cotidiana de la que forman parte la comida y junto a ella, la bebida más protagonista: el vino. El París de aquel momento, inmortalizado también por Hemingway, da fe de ello.
Imposible abarcar a todos aquellos que de una forma u otra, han concedido espacio al vino en sus novelas, ensayos o poesía. Joyce, Baudelaire y Jane Austen, de la que merece la pena leer Emma, novela cuyos personajes hacen interesantes reflexiones sobre el vino y sus virtudes.
No cabe duda. La viticultura está muy presente en la literatura en general y en la nuestra en particular. Terminamos con algunas sugerencias para quienes quieran comprobarlo y para quiénes al mismo tiempo, deseen disfrutar de varios de los géneros en los que el vino ha dejado huella reciente y, recordar a otros de los grandes autores cuya inspiración bebió de él en algún momento. Ahí quedan Vino de crianza de José Hierro, La bodega de Vicente Blasco Ibáñez o El Hereje de Miguel Delibes.
Que ustedes lo disfruten.
Ha sido un placer la lectura de este enriquecedor viaje por el mundo, a través del vino y la literatura, toda ella. Gracias.
Gracias a ti por leernos Ramiro. Un saludo