vino chileno

Al que le guste el vino sabrá que Chile es uno de los países reconocidos internacionalmente, por el cultivo de su vid y porque, a pesar de que en algún momento hubo quien quiso adjudicarle una categoría mediocre, con el tiempo habrá tenido que reconocer el trabajo y el esfuerzo de sus expertos para conseguir el reconocimiento internacional que hoy en día atesoran.

Dice el refrán que, para gustos, colores,y precisamente por esta razón y respetando las preferencias de cada uno, dediquémosle un espacio a un vino y a unas costumbres que se remontan al siglo XVI, a las islas Canarias, y a la necesidad de los misioneros de aquellos años de poder disponer de un vino con el que celebrar la misa. Aquí parece haber empezado todo y aquí parece haber nacido la cepa País, una de las más cultivadas del lugar y la más consumida por unos y por otros sin distinción de rango ni de estatus.

Sus incondicionales destacan de ella su aroma, su sabor y su consistencia, y se quejan del olvido al que se la sometió en el siglo XIX como consecuencia de las variedades llegadas del extranjero, principalmente de Francia (Cabernet Sauvignon y Merlot). Han tenido que pasar doscientos años para que esta cepa vuelva a ser cultivada y rescatada del ‘olvido’, algo a lo que han contribuido tanto el acercamiento a las más antiguas tradiciones chilenas, como su sabor jugoso y sabroso, según más de un experto en vinos.

Dicen también de ella que tiene encanto y que quizás éste se deba a que es una cepa ‘libre’, que crece sin alambres en campos arados y preparados para conservar el agua caída en invierno. Sus cuidados son generalmente absolutamente orgánicos, no emplean productos químicos y como dicen quienes la cultivan ‘no necesita grandes manejos’.

Actualmente hay unas quince mil hectáreas dedicadas al cultivo de esta variedad cuyos vinos utilizan fundamentalmente sus consumidores como vino de mesa. De ella viene también un tipo de vino rosado que recuerda al champán francés que fue catalogado en 2011 como el mejor vino espumoso de Chile por la asociación Wines of Chile de aquel país.

De las quince mil hectáreas de cultivo de la uva País, destacan varias viñas dedicadas al ‘rescate’ y ‘supervivencia de su parra centenaria. Entre ellas las más conocidas son la Viña Bouchon, la Viña Concha y Toro y la Viña Las Chilcas. Todas ellas presumen de seguir un proceso manual que viene a confirmar lo expuesto con anterioridad, es decir, la no utilización de productos químicos. Ahora, el vino chileno se esfuerza por hacerse un hueco en el mercado, no basta con que sus exportaciones hayan aumentado en los últimos años; no solo hay que competir con países que, como España o Francia, tienen un estupendo producto, sino que son países que además conocen de cerca las técnicas de venta que requiere un producto de estas características.

Es tal la importancia que actualmente los chilenos conceden al vino que, en el año 2015, el Parlamento Chileno declaró el 4 de septiembre como el Día Nacional del Vino Chileno, celebración que a partir de esta fecha se realizará todos los años. ¡Ya nos gustaría que algo similar sucediera también en España!