Aunque el conocimiento y el interés acerca del vino se están expandiendo de manera notable a nivel mundial, aún son varias las leyendas urbanas y los falsos mitos que lo rodean.

Como en casi todo, aún prevalecen algunas antiguas creencias que se han ido asentando con los años, circulando de unos a otros por el boca a boca, y asentándose como máximas irrefutables del saber popular. Sin embargo, en pleno siglo XXI, es necesario que rompamos con esas sentencias y desmintamos algunas de esas ideas que se dan por auténticas y verdaderas, y quitarnos de la cabeza falsos conceptos del vino y su cultura.

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– Los vinos tintos se deben tomar a temperatura ambiente. Es un error asumir que un vino, por el simple hecho de no estar refrigerado, vaya a estar necesariamente a una temperatura ambiente. Influye notablemente la temperatura de la estancia en la que se encuentre, que, con sistemas como la calefacción o aire acondicionado, es probable que en muchos casos no se encuentre a 18 grados, la temperatura idónea a la que debe degustarse.

– El vino blanco produce dolor de cabeza. Antiguamente esto probablemente fuera posible, ya que los vinos blancos contenían mayores cantidades de sulfitos, un elemento químico que podía provocar dolores de cabeza. Hoy en día, la enología ha mejorado notablemente y los viticultores saben perfectamente cuál es la cantidad de sulfitos que se necesita introducir.

– La calidad de un vino puede apreciarse en el olor del corcho. Totalmente falso. El corcho sólo se huele para identificar algún problema o defecto del vino, no para averiguar su calidad.

– El vino tinto va con carnes rojas, y el blanco con pescado. Aunque esto sea una creencia completamente arraigada en la tradición del vino, debemos romper con esa convención y experimentar con otros maridajes. Seguro que encuentras nuevas mezclas de sabores que te sorprenderán.

– El vino mejora con los años. Probablemente hayas oído este dicho más de una vez. En realidad, tenemos que admitir que no es del todo cierto, ya que no todos mejoran con el tiempo. Actualmente, la mayor parte de los vinos tintos se consumen en el mismo año de su embotellamiento, pudiendo garantizar su calidad en los cuatro años siguientes (dos años en el caso de los blancos). Solo una minoría de tintos o blancos cumple esta máxima.

– El famoso truco de la cucharilla para conservar el gas. Existe la creencia de que las burbujas de un cava pueden conservarse si introducimos el mango de una cucharilla de metal, ya que el metal conduce muy bien el calor y lo enfría. No podemos decir que sea totalmente falso, pero si quieres conservar en buen estado tu cava, te recomendamos que hagas uso de un tapón hermético especial.

– Sólo un experto es capaz de disfrutar realmente del vino. Sabemos que eso es totalmente falso. Cualquier persona puede disfrutar del verdadero sabor del vino sin ser un experto en la materia. Y, en el caso de que lo quieras ser, puedes empezar pasándote por nuestras bodegas para adentrarte en este fascinante mundo, ¡eres bienvenido!