Cualquier persona que entienda un poco de vinos sabrá que uno de los primeros gestos a realizar una vez le sirven un vino, es olerlo. Aunque a primera vista pueda resultar algo extraño e inusual, oler el vino antes de probarlo es la clave para apreciarlo al máximo. De hecho, en toda cata de vinos el proceso olfativo es un paso fundamental y decisivo para definir sus características y certificar su calidad.

Un vino está compuesto por diferentes aromas que todo amante de vinos debe, por lo menos, intentar apreciar. El olfato tiene una capacidad sensorial superior a cualquier otro sentido, incluido el gusto, y puede llegar a percibir sensaciones muy distintas, ya sean estas agradables o no.

oler vino

Cuando olemos un vino, no lo hacemos sólo para “ver a qué huele”, sino que es toda una experiencia sensorial, necesitamos dejar que el aroma nos inunda para, posteriormente, disfrutar al máximo de su sabor.

Para poder captar a la perfección la esencia de un vino, en primer lugar necesitaremos llenar la copa sólo un tercio de la copa. De este modo, cuando la movamos ligeramente para airear el vino, sus aromas se impregnarán completamente en la copa y se liberarán más fácilmente. Así, cuando nos acerquemos la copa a la nariz, podremos notar cada uno de sus matices y disfrutaremos al máximo de sus cualidades.

Con el tiempo y la experiencia, cualquier amante del vino puede llegar a diferenciar los diferentes aromas de un mismo vino: los primarios (los que proceden de la uva), los secundarios (los derivados de la fermentación), y los terciarios (los resultantes tras el período de maduración). Estos grupos nos darán pistas acerca de la edad del vino, si tiene barrica, y otras características que pueden darse a lo largo de su producción y maduración.

Sin embargo, al igual que podemos apreciar notas positivas, la importancia del olfato también reside en la capacidad de identificar cualquier tipo de problema que pueda tener el vino. Un olor desagradable como a corcho, a vinagre o a pegamento, puede indicarnos que el vino está defectuoso por algún motivo. En estos casos, es aconsejable pedir ayuda al sumiller para que nos certifique e identifique el problema.

Aunque haya mucho escrito sobre vinos, lo mejor para aprender sobre ellos es probándolos. Desde el más famosos o reputado hasta el más desconocido, cada vino puede aportar una gran cantidad de experiencias sensoriales que son incapaces de describir. En Comenge te ofrecemos la oportunidad de que conozcas nuestros vinos Ribera de Duero mediante nuestras catas y nuestras ofertas de enoturismo. ¡Ven a visitarnos!