vinonaranja

En el mundo del vino existen multitud de acepciones para referirse a distintos tipos de vinos, según las uvas de las que provienen, la forma en la que están elaborados, su color o la zona de la que proceden.

En los últimos tiempos los llamados ‘vinos naranjas’ se han subido a la palestra, sobre todo con la aparición de marcas de vino naturales y el deseo por recuperar elaboraciones y recipientes ancestrales para la elaboración de vino, sobre todo por parte de pequeños productores.

Vino Naranja de la D.O. Condado de Huelva

Con respecto a los vinos naranjas a los que queremos hacer referencia en este post, no hay que confundirlos con el Vino Naranja del Condado de Huelva, un tipo de vino que se hace desde hace más de dos siglos en la Denominación de Origen Condado de Huelva.

En ese caso, se trata de un vino aromatizado con cáscaras de naranja amarga. La elaboración típica es primero macerar las cáscaras de naranja en alcohol vínico y después añadirlo a un vino o mosto acogido a la Denominación de Origen. A continuación se envejece en botas bajo el sistema de criaderas y soleras. Es por todo ello que el vino adquiere ese color tan característico.

Vinos naturales

Los ‘otros’ vinos naranjas también se refieren a una elaboración muy antigua, donde no se empleaban productos químicos y la fermentación y crianza de los vinos se llevaba a cabo en recipientes asimismo naturales, como las tinajas de barro, barriles de madera o depósitos de hormigón (sin revestir). En la actualidad, además de todos esos tipos de depósitos, también se emplea el acero inoxidable.

Mientras que en las elaboraciones tradicionales de vino blanco la fermentación alcohólica se lleva a cabo únicamente con el mosto de la uva (sin piel); en los vinos naranja se apuesta por una elaboración similar a un tinto, el hollejo está en todo momento en contacto con el mosto.

En las piel de las uvas se encuentran los polifenoles, responsables del color y aromas de los vinos, por ello, cuando el hollejo está en contacto con el mosto, éste adquiere un color más subido (más naranja) que en las elaboraciones tradicionales.

En los vinos naranjas, por otro lado, se suele apostar por una maceración con las pieles después de la fermentación alcohólica, lo que le confiere aún más color al vino.

Las mayores diferencias con los vinos blancos de elaboración tradicional se encuentran en el color, pero también en su estructura. Sin embargo, suelen presentar menor acidez.

Blanc de Noir

Si en el caso de los vinos naranjas se busca más color, en el caso de los vinos grises es justamente todo lo contrario, y además se elaboran con uvas tintas.

Seguro que en muchas ocasiones habéis encontrado vinos espumosos que en la etiqueta recogen el término ‘blanc de noir’. Esto quiere decir, simplemente, que es un vino blanco elaborado con uvas tintas. Es decir, sólo se utiliza la pulpa de las uvas para elaborar dicho vino, no el hollejo donde, como hemos comentado, se encuentran las sustancias responsables del color.

El Vino Gris tradicionalmente se ha elaborado con la uva Pinot Noir, por tener una coloración muy baja, pero en los últimos tiempos y sobre todo con la moda de consumo de los vinos rosados ‘piel de cebolla’, es fácil encontrar vinos grises de diversas variedades.