Pastas, pizzas, risottos, lasagnas, focaccias, carnes de ternera y vino italiano. ¿Por qué no acompañar cualquiera de estos platos italianos tan típicos con alguno de los vinos del lugar más característicos? Y, ¿por qué no hacerlo practicando enoturismo por aquel país? Italia es sorprendente, y lo es porque hablar de este país pasa por hacerlo de sus riquezas gastronómicas y de las innumerables rutas enoturísticas que acompañan cualquier circuito cultural y artístico.

Que Italia sea el mayor productor de vino del mundo, lo convierte en destino obligado para los amantes del enoturismo y de tan rica industria. Entre los vinos italianos más conocidos, Chianti, Lambrusco o Dolcetto, triunfan entre los consumidores dentro y fuera de sus fronteras. Practicar el enoturismo por este país, significa disfrutar de la cultura del vino allá donde nos detengamos a contemplar su historia y su arte.

Siena, Arezzo y Pisa, no son lo mismo sin un vino Chianti durante la cena en alguno de sus restaurantes después de habernos empapado de su cultura y de sus tradiciones. Hablamos de una ruta enoturística en la que disfrutar de ese vino joven y afrutado que ha estado durante meses en una barrica esperando a ser servido. Su intenso sabor y su aroma a frutas rojas, lo convierten en la pareja perfecta de carnes blancas y de platos vestidos con la tradicional salsa de tomate.

Sea la que sea la ruta italiana del vino escogida, necesita de un alto en el camino para tomar una pizza o un plato de cualquiera de los cientos de tipos de pasta que componen las cartas y menús italianos. Originario de la región del Piamonte, el vino Dolcetto, en honor a la variedad de uva que cede su nombre, algo amargo y seco, puede convertirse en el protagonista del almuerzo o de un aperitivo después de haber descubierto alguna de las rutas enoturísticas de la región italiana de Piamonte.

 

Sus vinos

… Y hablar de Italia y de sus vinos y rutas, es hacerlo de su vino Lambrusco, posiblemente el más internacional de todos. Espumoso, seco o semi seco y producto estrella de las exportaciones de vino italiano, el vino Lambrusco es originario de las provincias de Modena, Parma, Reggio nell’Emilia y Mantova. Tan dulce como atractivo, las burbujas del Lambrusco han seducido a las generaciones más jóvenes y ha conseguido hacerse un hueco en cualquier tipo de evento y ocasión.

Aconsejable con cualquier tipo de plato y siempre frío, el Lambrusco está siempre presente en las cartas de vinos. El enoturismo italiano, pasa por volver a casa habiendo saboreado este conocido vino durante alguna de las comidas del día. Pastas, pizzas o carnes rojas, lo único que te pedirá un Lambrusco es que lo sirvas en una copa larga y estrecha. Por lo demás… Italia y su enoturismo, te están esperando.