Ahora, sí. Estamos en verano. Hace calor y en breve, las temperaturas aumentarán. Sin embargo, y aunque durante estos meses parece que el cuerpo nos pide bebidas frescas, la estación estival no está reñida en absoluto con el consumo de vino tinto.

Es cierto que muchos vinos rehuyen las temperaturas extremas y que no deben tomarse ni demasiado fríos, ni demasiado calientes y que, por lo tanto, con el verano recién estrenado, el calor empieza a amenazar con echar al traste nuestras botellas de vino. Llegado este momento del año, el vino necesita que lo cuidemos y que dediquemos especial atención a su mantenimiento para evitar sorpresas desagradables por habernos dejado alguna botella descorchada y a temperatura ambiente.

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El calor provoca la maduración temprana del vino y estropea el corcho, pero, ¿qué hacemos? ¿Dejamos el vino en la nevera? El sabor del vino demasiado frío tampoco es lo ideal. Ante la duda y, en especial para aquellos que no disponen de vinoteca, bien por cuestión de espacio, bien porque su consumo tampoco lo requiere, os dejamos algunos consejos para que, a pesar de estos calores, podáis seguir disfrutando de esa copa de vino de cada día de la que no tenemos porqué prescindir.

Para mantener el vino a una temperatura correcta, lo mejor es que esté entre 16º y 18º para los vinos tintos y sobre todo evitar los cambios bruscos de temperatura. Si no se dispone de despensa o de lugar fresco donde almacenarlo, la nevera es más recomendable que cualquier otro lugar en el que esté especialmente expuesto a la luz y con ella, al sol y a la temperatura ambiente veraniega. El frío ralentizará su oxidación y podréis mantener la botella abierta en buen estado durante nos días. Si además empleáis uno de esos prácticos tapones de silicona que permiten hacer vacío en la botella una vez abierta, pues todavía mucho mejor.Barricas de roble en Bodegas comengeUna solución es hacerse con alguna funda o envase destinadas a guardar los alimentos que después se van a introducir en el congelador. Si durante la comida y después de haber sacado la botella de vino de la nevera, la protegemos con una de ellas, evitaremos que se caliente de nuevo. Algunas de estas fundas son diseñadas especialmente para enfriar botellas de vino y son una de las más practicas herramientas que existen con este fin.

La cubitera es otra solución. En este caso, deberemos llenar la mitad de la cubitera de agua fría y la otra mitad con cubos de hielo. Podemos dejar la botella de vino en una cubitera durante unos minutos antes de comer.

Si se te olvida meter la botella de vino en la nevera y en ese momento tampoco dispones de cubitera, lo más recomendable es ponerlo inmediatamente en el congelador. A pesar de que lo mejor es bajar la temperatura del vino con más delicadeza y más despacio, esta solución de emergencia es preferible a beber un vino demasiado caliente.

VINOS COMENGE EN EL SALÓN PEÑÍN

Pero también puede ocurrir que seamos nosotros los que nos encontremos con una copa de vino demasiado fría y que sea nuestro anfitrión el que no sepa cómo tratar el vino durante el verano. En ese caso, nada como sujetar bien la copa entre las dos manos para hacer subir la temperatura inmediatamente.

Una vez aplicados estos consejos, solo queda disfrutar todo lo que podamos del verano y de nuestro vino preferido y esperar a que llegue otra estación que nos lo ponga más fácil.