La bodega
El paisaje también se bebe
Cuando en 1999 D. Jaime Comenge pone en marcha su deseo de elaborar un vino, tiene una idea clara: la viña es el pilar fundamental del carácter y la personalidad de un vino y por tanto a ella hay que mirar en cada uno de los pasos del proceso de elaboración. Con esta idea, Bodegas Comenge ha creado una filosofía propia de elaboración, sustentada en la innovación y la investigación, para expresar de la manera más pura y auténtica posible el verdadero encanto de nuestra viña.
Todo empieza en la viña
Lo importante son las producciones
El cultivo de nuestra viña es exclusivamente ecológico certificado. Esto revierte directamente en el sabor de las uvas, de nuestros vinos. Los rendimientos son pequeños: mantenemos la cubierta vegetal, convirtiendo el viñedo en un jardín natural, en un ecosistema diverso que aporta equilibrio a la cepa y salud a nosotros mismos.
Los vinos nacen en el viñedo. La mano de nuestro enólogo es importante, pero lo fundamental es no enmascarar el terruño, expresado cada añada de forma elegante y equilibrada.
Vendimia
Manos que acarician las uvas
La vendimia se realiza a mano, constituyendo la primera selección y el primer paso para garantizar la calidad del vino. Se recoge y transporta en pequeñas cajas de 16 kilos de capacidad, manteniendo los racimos intactos.
La cercanía de las viñas a la bodega nos permite un traslado rápido de la vendimia, evitando largos periodos de exposición al sol y pérdida de calidad.
Recepción de la uva
La vendimiada se selecciona a mano, primero los racimos y posteriormente la uva desgranada, de modo que al depósito sólo pasan las uvas perfectamente sanas y maduras. Son de nuevo las manos cuidadosas del hombre las que vuelven a acariciar las uvas.
Esta meticulosa selección es fundamental en Bodegas Comenge. La elegancia y amabilidad en boca de nuestros vinos depende en gran medida de este laborioso proceso de selección.
Fermentación
Nuestra levadura: parte sustancial de nuestra tipicidad
Cada parcela se elabora por separado, preservando su personalidad.
La fermentación de los mostos es uno de los aspectos diferenciadores de la personalidad de nuestros vinos, pues para ello empleamos una levadura aislada en nuestra viña, propia, exclusiva. Un apoyo importante para reflejar con autenticidad nuestro paisaje, nuestros diferentes terruños.
La barrica de roble
Nuestros vinos de Ribera del Duero descansan siempre en barricas de roble. En este tiempo de reposo su estructura se vuelve más amable, el color más vivo y brillante, los aromas más diversos, ricos y complejos.
Las investigaciones que hemos realizado en los últimos años nos han permitido desarrollar un novedoso manejo de la crianza sobre lías de nuestros vinos, mejorando su evolución y estabilidad en la barrica y potenciando la personalidad de cada uno de nuestros viñedos.
La crianza en botella
De la misma manera que la crianza en barricas de roble es importante para el vino de la Ribera del Duero, también lo es la crianza en botella.
Durante este periodo, los aromas del vino van cambiando, atenuándose los aromas varietales y fermentativos, que se van integrando en el vino junto con los aromas propios de las barricas de roble. Al tiempo, la estructura cambia lentamente, resultando el vino más amable y aterciopelado en boca.