No hay duda alguna de que la añada 2022 será recordada por extrema sequía durante todo el ciclo vegetativo, que se traduce en una fecha de inicio de recogida de la uva con dos semanas de adelanto con respecto a las fechas habituales.
El día exacto está aún por decidir, pero será similar al 2017, otra añada extremadamente cálida. Sin embargo, según Rafael Cuerda, director técnico de la bodega, “la añada será mejor que la 2017, la uva presenta un mejor equilibrio entre sus diferentes parámetros”.
Rafa ya ha comenzado a hacer los primeros muestreos. El resultado de los análisis indicará el momento óptimo de vendimia para cada una de la parcela y todo indica que, como ha ocurrido siempre, que la primera parcela recolectada será el Pago de las Hontanillas, el viñedo emblemático del que procede nuestro vino Don Miguel Comenge. Probablemente la sigan una parte del viñedo Los Ismas, uva destina a nuestro reserva Familia Comenge y la viña de La Tejera, parcela en Hontoria de Valdearados de donde procede la uva para elaborar Carmen by Comenge y el blanco de Albillo Mayor.
Este año, además, tendremos nuevas compañeras en la bodega, porque entran en producción parte de las nuevas plantaciones. Son viñas muy jóvenes y esta primera vendimia siempre es muy interesantes. ¿Para qué se emplearán? “No lo sabemos aún, debemos conocernos, ya veremos cómo se expresan los vinos”, asegura Rafa.
Calor permanente
El extremo calor y algo de corrimiento durante la floración son los culpables de una merma de producción de un 30% de media. Los racimos están sueltos, los granos son pequeños y concentrados, pero no se han desecado de momento. La parte positiva de la sequía es que las bayas están sanísimas.
Los expertos dicen que se han registrado seis olas de calor, pero para Rafa “¡más bien ha habido calor permanente durante todo el verano con una ola de frescor!”. El grado alcohólico está asegurado, pero la acidez también (teniendo en cuenta las características de la uva Tempranillo plantada en la Ribera del Duero, donde de por sí la acidez es moderada). Las noches frescas de septiembre están siendo fundamentales para conservar la acidez y aromas.
La viña es un cultivo recio, fuerte, sobre todo si se cuida con esmero para alargar su vida y se buscan los mejores terrenos. Habrá que esperar a los primeros días de vendimia para comprobar cómo están las pieles, pues de su madurez dependen en gran parte los taninos.
En este sentido, Rafa explica que “debemos ser muy cuidadosos con las extracciones, como lo hicimos en 2017, seguramente apenas toquemos el sombrero para evitar excesos y preservar la finura y elegancia en los vinos”. Y es que, si hay una cosa que caracteriza a los vinos de Bodegas Comenge es su aterciopelada textura en boca.
Investigación con levaduras
La sala de fermentación de la bodega y el laboratorio se convertirán en una ferviente ‘cocina’, porque, un año más, los proyectos con diversas levaduras siguen en marcha.
Por un lado, se continuará con la apuesta por las levaduras Hanseniaspora vineae y Hanseniaspora opuntiae, que permiten revelar mejor los precursores aromáticos de las variedades. Se emplea en el vino Comenge Albillo Mayor.
También se sigue con nuestra levadura acidificante, nuestra querida Lachancea thermotolerans 3.1, la cual ayuda a obtener vinos con menos alcohol debido a su capacidad de metabolizar azúcares en ácido láctico, por lo que aumenta la acidez y se consigue un pH más bajo, evitando la adición de ácido tartárico en los mostos.
Como novedad, se une a la familia otra levadura no-Saccharomyces: se trata de una Metschnicowia pulcherrima, levadura presente en el inicio de la mayor parte de las fermentaciones espontáneas y que es capaz de reforzar el carácter varietal de la uva. En esta primera experiencia piloto se trabajará con la variedad Albillo Mayor.
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