La primavera es una de las épocas más bonitas en el campo, comienza la floración y el Valle del Cuco, donde se encuentra Bodegas Comenge y la mayor parte de nuestro viñedo, se llena de vida: colores, aromas… ¡Un espectáculo para los sentidos!

La estación de las flores comenzó con temperaturas inusualmente altas para el mes de marzo, las viñas despertaron y la savia empezó a circular por su interior, captando los nutrientes del suelo.

Durante este inicio de la primavera, preparamos los viñedos para el nuevo ciclo vegetativo: arreglamos los postes de las espalderas, instalamos varas nuevas en caso de que sea necesario y, en definitiva, hacemos un mantenimiento de las vides para cerciorarnos de que están sanas. Es la mejor época para preparar el terreno donde realizaremos las nuevas plantaciones.

También durante estas semanas trabajamos el suelo, es decir, lo limpiamos de hierbas con el intercepas – como su propio nombre indica, es un aparato que arranca las hierbas entre una planta y otra-.

En la Denominación de Origen Ribera del Duero tenemos un clima continental extremo, esto quiere decir hace mucho calor en verano y mucho frío en invierno. De ahí el clásico refrán castellano que reza: “nueve meses de invierno y tres de infierno”. Pero, además, se experimenta una gran amplitud térmica. Durante estos días, nos despertamos con temperaturas que apenas superan los cero grados y sobre las 15 horas pueden subir hasta los 20ºC.

En este momento es cuando existe un gran peligro para la cosecha del año en curso. Las viñas más jóvenes, las de las nuevas plantaciones, ya han empezado a brotar y, en otras más antiguas, las yemas están hinchadas. Hasta el inicio del verano existe un grave peligro de heladas, que arruinarían esos tiernos brotes.

De hecho, para las próximas noches se prevé una bajada considerable de las temperaturas, tanto máximas como mínimas. Crucemos los dedos. No hay mucho que se pueda hacer en este momento, como explicamos en este post, más que medidas preventivas.

Por un lado, teniendo en cuenta los factores climáticos de nuestra región vitícola, realizamos una poda larga para que, si algunas de estas yemas se hielan, podemos aún tener otras que se salven de la posible catástrofe. Después tenemos la opción de llevar a cabo trabajos en verde para ajustar los rendimientos y el equilibrio.

En Bodegas Comenge todos nuestros viñedos cuentan con la Certificación de Agricultura Ecológica y, normalmente, apostamos por permitir el desarrollo de las cubiertas vegetales, porque presentan numerosos beneficios para la viticultura. Sin embargo, el vino no son matemáticas, por lo que debemos adaptarnos a cada añada en concreto.

En esta ocasión, hemos laboreado el suelo para eliminar la hierba. La razón es que la cubierta vegetal, ante un riesgo inminente de heladas, solo hace que maximizar dicho peligro. Cuando el suelo está ‘desnudo’ tiende a calentarse y, como el calor sube, ayuda a mitigar os efectos del frío. Sin embargo, si existe cubierta vegetal, el frío se ‘deposita’ a su altura y el terreno está mucho más fresco.