Para poder comprar vino tal y como lo hacemos ahora, para que la industria del vino y el enoturismo haya llegado hasta donde lo ha hecho y podamos decir que conocemos productos vinícolas de los cinco continentes, han tenido que sucederse enormes progresos y descubrimientos a lo largo de la historia. Sin ir más lejos, el sector del transporte y con él, su gigantesco desarrollo, ha sido clave para poder, hoy, probar y comprar cualquier tipo de vino; bien porque nos haya llevado hasta él, bien porque nos lo haya traído hasta donde estemos.

Pero cuando hablamos de comprar vino de otro país, incluso de otro continente, no podemos hacerlo solo del medio de transporte en sí, sino que debemos aludir al recipiente en el que el vino se transporta, responsable absoluto, no solo del estado y de la calidad con la que llegan hasta nuestro paladar, sino de que pueda ser vendido y comprado y, en definitiva, de que podamos estar hablando hoy de una industria de enorme peso en la economía mundial, dedicada a la compraventa de vino.

Comprar vino y venderlo

El mundo antiguo pudo transportar y comprar vino, llevarlo hasta muchos consumidores, gracias a ánforas cuya aparición se remonta al siglo XV antes de Cristo y a las costas de Líbano y Siria. Las ánforas, con capacidad para entre 25 y 30 litros de vino eran, a pesar del atractivo y del interés que en la actualidad puede suscitarnos cualquier reliquia de estas características, envases poco preparados para conservar las propiedades y la calidad del vino. El hecho de que no fueran herméticas y de que el transporte fuera tremendamente lento, no ayudaba a la buena conservación del vino.

Para poder hablar de grades avances en materia de transportes que permitieran trasladar el vino sin que éste se estropeara tendremos que esperar hasta prácticamente, el siglo XVIII. Comprar vino y venderlo pasaba por la práctica comercial de un vino casi siempre oxidado y avinagrado que terminaba por traducirse en una actividad de compraventa que se centraba básicamente en mercados locales y cercanos a las regiones en las que se cultivaban los viñedos.

¿Cuál fue el invento que dio un respiro a la industria del vino permitiendo comprar vino y transportarlo sin que éste se deteriorara tanto? De nuevo, tendremos que volver a remitirnos al siglo XVIII para poder hablar de nuevas técnicas que animaron a la población a comprar vino y contribuyeron definitivamente, a establecer los cimientos de lo que es hoy la industria mundial de este exquisito producto.

La posibilidad de esterilizar los envases mediante la combustión de azufre fue todo un avance que permitió que el vino mantuviera sus propiedades sin necesidad de emplear condiciones ambientales herméticas. Con este descubrimiento, que marcó un antes y un después, la prioridad pasó de ser el transporte y conservación saludable del vino a la calidad del mismo. La posibilidad de comprar vino de calidad o de elegir entre vinos de mayor o menor calidad según el precio, empezó a ser una realidad y un gran impulso para esta industria en la que el poder adquisitivo de los consumidores sería lo que determinaría la adquisición de un vino u otro, atendiendo siempre, a su calidad.