Todo indicaba a que iba a ser una vendimia muy adelantada y que la extrema sequía iba a condicionar mucho los vinos de este 2022. En Bodegas Comenge sí ha sido algo temprana, pero la uva ha llegado a su maduración en un estado óptimo de calidad, como apuntaban los primeros análisis previos a la vendimia.
Vendimia 2022 en Bodegas Comenge
La recolección de la uva comenzó el 14 de septiembre, cuando Rafael Cuerda, director técnico de la bodega, decidió que era el momento idóneo para empezar a recogerla. Y se ha prolongado hasta el 5 de octubre, tres semanas durante las que los trabajos se han podido espaciar y desarrollar en el tiempo sin prisas.
El balance ha sido muy positivo, aunque del reducido tamaño de las bayas ha resultado un 15% menos de producción, con respecto a la media. Ya avanzamos que las uvas llegaban sanísimas a la vendimia de este año –algo bueno debía tener la sequía- en un estado de madurez ideal. Tras los mostos y casi vinos podemos confirmar que saldrán grandes vinos de esta añada 2022.
En el equilibrio está la virtud
Siempre decimos que el vino es terroir y de la mano del hombre está el lograr vinos equilibrados en acidez, tanicidad, aromas, intensidad, grado alcohólico… Todo debe estar en su justa medida para obtener un vino excelente.
El intenso y excesivo calor del presente ciclo, así como la falta de precipitaciones, auguraban unos vinos con poca acidez y frescura. Pero, finalmente, el resultado ha sido muy bueno y en la tónica de los últimos años: una acidez equilibrada, junto a un grado alcohólico estimado entre los 14.5 y 15 grados (%vol.), con un pH deseado en torno al 3.6 y 3.7. El tanino ha polimerizado muy bien, se ha integrado perfectamente, es muy agradable y dulce.
Como de costumbre, para las fermentaciones de los vinos optamos por levaduras propias aisladas de nuestras viñas. Continuamos con nuestras investigaciones para mejorar la implantación de la levadura Lachancea 31 con el fin de conseguir vinos más frescos y con menos alcohol.
Selección clonal en las nuevas plantaciones
Con la selección clonal se pretende mejorar la genética de la vid. Es tan fácil como escoger una cepa madre idónea y clonarla para que esta multiplicación vegetativa replique la planta con las mismas características.
Para Bodegas Comenge, la selección clonal en las nuevas parcelas ha sido muy importante para garantizar una buena maduración fenólica. Según el director técnico y enólogo de Bodegas Comenge, Rafael Cuerda, para los nuevos clones de cabernet sauvignon ha sido un año muy bueno: “una delicia en la boca”.
Una gran añada
Las comparaciones son odiosas, pero durante las semanas previas a la vendimia, muchos asemejaban esta añada a la de 2017, porque también fue un año seco. Sin embargo, en 2017 hubo bastantes heladas y el tanino resultó ser mucho más rudo.
Para Rafael Cuerda, si la tiene que comparar con alguna añada, la más similar fue 2011, que resultó ser de gran calidad para Bodegas Comenge. Ahora podemos catar su excepcional evolución en botella.
No obstante, basta con analizar un dato: en 2017, en Ribera del Duero se recogieron unos 50 millones de uvas y, este año, se han superado los 100 millones.
El tiempo lo dirá, pero por el momento estamos muy contentos y las expectativas son más que convincentes.
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