Que el dolor de cabeza puede llegar a ser insoportable, molesto y que nos resta fuerzas y capacidad, es una evidencia. Existe además la idea de que uno de los agentes que lo provocan podría ser el vino. Sin embargo, y obviando que estamos hablando de un consumo moderado, responsable y placentero, bien podríamos darle la vuelta a un argumento sostenido por algunos y rechazado por otros.

Las bondades del vino son numerosas, entre ellas, la capacidad para ayudarnos a desconectar del duro trabajo diario. Vuelta a casa, cena, vino y tal vez, cine. ¿Quién no ha aterrizado por fin en casa o en ese restaurante, con dolor de cabeza después de un día atareado del que es mejor olvidarse? ¿Y quién no ha conseguido precisamente este objetivo gracias a una buena charla, una buena cena y una buena copa de vino? Si lo analizamos desde este punto de vista, lejos de provocar dolor de cabeza, el vino, puede ser de gran ayuda, precisamente, para conseguir el efecto contrario, es decir, el de hacerlo desaparecer.

¿Da dolor de cabeza el vino?

Pero además de estas circunstancias y obviedades, existen también estudios médicos que revelan que la relación entre vino y dolor de cabeza, concretamente, entre consumo de vino y migrañas, está lejos de ser demostrada.

Los Países Bajos han investigado esta cuestión, concretamente, el Centro médico Leiden University. Según estos especialistas, no es evidente que el consumo de vino sea un detonante de las migrañas. Entre las conclusiones alcanzadas por esta investigación, destaca el hecho de que incluso en el caso de que el alcohol pudiera provocar esta dolencia, habría que preguntarse, qué compuestos del alcohol son exactamente los responsables y, una vez hecho esto, averiguar si dichos compuestos, se encuentran en el vino.

El mismo estudio alude a la importancia de posibles factores externos e internos, incluso a la propia sugestión como elemento a tener en cuenta entre las causas que pueden contribuir a este tipo de dolencias.

De momento, la información aun por descubrir no permite pronunciarse tajantemente. El dolor de cabeza puede aparecer en cualquier momento y por muchas razones. Los factores psicológicos y nuestra propia capacidad de sugestión son algunas de las cuestiones que no deberíamos ignorar y, ante esto, qué mejor que quedarnos con el hecho de que el vino está aquí para ser disfrutado y saboreado. ¿Es posible que ese mismo producto capaz de traernos relajación y transportarnos a momentos más que apetecibles nos despierte en ese instante dolor de cabeza?