Hidromiel

Al hidromiel se la considera la bebida precursora del vino, debido a su elaboración. No es otra cosa que miel fermentada y mezclada con agua. Al igual que en el vino las levaduras transforman el azúcar del mosto en alcohol, en el hidromiel es el azúcar de la miel lo que lo genera después de la fermentación.

Se dice que, junto a la cerveza, es la bebida más antigua del mundo. Aunque no hay una certeza de dónde y cómo se inventó, o de si, probablemente, fue fruto de una casualidad, lo cierto es que su origen parece remontarse a 8000 a.C a partir de restos arqueológicos encontrados en China y Alemania.

Lo más probable es que su ‘aparición’ se diese en varios lugares del mundo en un determinado periodo de tiempo. La miel es un recurso natural que se recolecta y se consume desde el Paeolítico, debido a excelentes cualidades alimentarias y nutritivas.

Romanos, fenicios, celtas, griegos, mayas y, sobre todo, vikingos… Son muchas las civilizaciones las que han consumido ésta bebida y, algunas de ellas, consideraban que era la bebida de los Dioses (los nórdicos decían que era la bebida de Odín) o un afrodisíaco.

El hidromiel solía fermentar con levaduras salvajes. El famoso agrónomo Columella, por ejemplo, recomendaba dejar la mezcla de miel y agua 40 días al sol y, aunque él no lo sabía, lo que estaba haciendo es favorecer la fermentación espontánea. En la actualidad no habitual es que la fermentación se lleve a cabo con levaduras neutras comerciales.

La bebida favorita de Julio César

Era una de las bebidas favoritas de Julio César, quien la mezclaba con zumo de uva. Y es que existen diferentes tipos de hidromiel en función de los ‘añadidos’ al agua y a la miel. Se puede adicionar zumo de manzana, especias o hacer cerveza de hidromiel. Se conocían con nombres como methelglin e hippocra.

Fue precisamente el fermentado de cebada la bebida que desterró casi por completo el consumo de hidromiel, debido a que su obtención es mucho más económica.

También es posible diferenciar el hidromiel según su graduación alcohólica, azúcar residual o gas carbónico, es decir, muy similar a los vinos.

Queda patente que la historia del hidromiel es casi tan antigua como la humanidad y que no faltaba en las celebraciones de las clases altas.

Hidromiel en la gastronomía

¿Se consume hidromiel en la actualidad?, ¿qué espacio ocupa en el panorama gastronómico? Las armonías no son sencillas, pero todo depende del tipo de hidromiel, del plato y de la osadía del sumiller y consumidor.

Parece que muy poco a poco, algunas bodegas se han lanzado a recuperar éste antiguo brebaje. Además de la calidad de la miel, es fundamental la calidad del agua que se usa para la mezcla.

Un hidromiel seco, se puede servir como un vino blanco y ser el acompañante perfecto de tapas, patés, quesos suaves, pescados y carnes blancas o pastas…  Si el hidromiel es más dulce, puede funcionar con quesos fuertes o con chocolate negro.

Algunas cervecerías artesanas igualmente han apostado por elaborar craftbeers de hidromiel o macerarlas con una determinada cantidad buscando un sabor original, ‘la cerveza vikinga’.