La primera duda que, seguro, puede surgir como lector es , ¿qué es un vino vegano? Pero antes de contestarla es preciso detallar qué es el veganismo.

La idea más extendida es asociar el veganismo a la dieta, es decir, los veganos serían aquellas personas que no ingieren absolutamente ningún alimento de origen animal, incluidos los productos derivados de los mismos, como el queso, la miel o la leche. Esto último es lo que les diferencia de los vegetarianos.

Sin embargo, en realidad el concepto de veganismo va mucho más allá. No sólo hace referencia a la alimentación sino también a los hábitos sociales y de consumo. La filosofía más extrema del veganismo tiene en cuenta otros factores que igualmente hacen referencia al respeto del mundo animal, vegetal, además de estar vinculados con otros aspectos culturales.

Un persona puede ser vegana, por ejemplo, por una motivación religiosa, por su compromiso por el medio ambiente, por intolerancias alimenticias o por motivos de salud. En todos los casos, lo más importante es que entiende que las plantas o vegetales son seres ‘sintientes’, es decir, que tienen sentimientos al igual que los animales o los seres humanos.

También se tiene en cuenta que en los procesos productivos no estén involucrados animales y que los proveedores demuestren una sensibilidad especial por la sostenibilidad ambiental.

 

Los vinos veganos

En diversos posts a lo largo de este blog hemos explicado las diferencias entre vinos ecológicos, orgánicos o biodinámicos. En España, tan sólo existe un certificado o legislación oficial, la que hace referencia a la ecología. A nivel global, existen empresas privadas que emiten otra serie de sellos sobre vinos biodinámicos, por ejemplo.

En el caso de los vinos veganos, ocurre algo similar que con los vinos biodinámicos. Se carece de una ley oficial al respecto pero sí que existen empresas privadas que certifican que un vino es vegano.

Para empezar, es fundamental que en el proceso de elaboración de dichos vinos no se hayan empleado productos de origen animal, como por ejemplo la clara de huevo. La caseína y la clara de huevo se usan en enología para clarificar los vinos, esto es, para limpiarlos y eliminar impurezas.

Desde hace unos años (tal y como explicamos en este otro post), es obligatorio a nivel europeo incluir la referencia de alérgenos en la contra-etiqueta de los vinos que estén clarificados con estos productos.

Pero, como hemos comentado anteriormente, la certificación vegana de los vinos tiene en cuenta otros factores, como el respeto por los animales en el proceso productivo o por el medio ambiente. En este sentido, aún surgen muchas dudas. Por ejemplo, ¿un vino cuyo viñedo es labrado con animales es menos vegano que uno en el que se han empleado tractores y, por lo tanto, donde se ha usado gasoil y producido emisiones de gases de efecto invernadero?

Recordar que los vinos de Bodegas Comenge, aunque no cuentan con el sello vegano, desde la añada 2015 están certificados como ecológicos. Desde el inicio, la filosofía de la bodega ha sido la de un máximo respeto por el medio ambiente y fomentar el ecosistema que puebla nuestros viñedos.