No entran dentro de ninguna zonificación, ni Denominación de Origen, ni I.G.P., ni clasificación como tal.
En España, el caso más sonado y relativamente reciente es Corpinnat, pero no el único. Antes de la aparición de esta nueva marca, en 2018, se produjo otra situación similar.
Hasta 2014, en España se sabía que los espumosos más famosos se llaman Cava, que es una Denominación de Origen con el mismo nombre, que se elaboran por el método tradicional y que tienen su epicentro en San Sadurní d’Anoia y alrededores.
Aunque Cava se puede elaborar en más puntos de España, como Extremadura o Valencia, y un grupo de elaboradores, por aquel entonces, quisieron apostar por espumosos que mostrasen el verdadero origen de las uvas, 100% Penedès, y asegurar así una mayor calidad. Es lo que se conoce como Clássic Penedès.
Cuatro años más tarde, en 2018, se creó Corpinnat, que se presenta como una marca colectiva de la Unión Europea.
La explicación clara, breve y concisa de ambos casos es que se produjo una escisión o salida de dos grupos de productores de la D.O. Cava.
Clássic Penedès
Vinos espumosos elaborados dentro de la D.O. Penedés.
Clássic Penedès tiene como fin poner en valor su territorio de manera más concreta, que se les asocie a elevados parámetros de calidad, respetando la viticultura tradicional, ecológica y con largas crianzas (mínimo 15 meses), para diferenciarse de los vinos acogidos a la DO Cava.
A finales de 2013 se orquestó la idea de crear este sello y fue en 2014 cuando se bautizó y materializaron los criterios a seguir.
Por tanto, todos los espumosos de Clássic Penedès son reserva, 100% ecológicos, de uvas autóctonas como xarel·lo, parellada, subirat parent, en blancas, y sumoll en tintas.
Esto implica que tengan una producción limitada, exclusiva y con identidad propia.
Y, hoy por hoy, son 16 bodegas de la D.O. Penedès que elaboran bajo el sello Clássic Penedès.
Pero en esta zona, en Penedès, hay otros productores que no se acogen ni a D.O. Cava ni a D.O. Penedès.
Entre ellos, los que conforman Corpinnat.
Corpinnat
Corpinnat significa en el corazón del Penedés: cor, según explican, por “la cuna donde empezaron a latir los primeros espumosos de España, hace más de 130 años”; y pinnat, “que se refiere al origen del topónimo Penedès”.
Esta marca colectiva también cumple a rajatabla que la uva sea 100% ecológica y 100% Pennedès, vendimiada a mano y con uvas autóctonas aceptadas en su regulación.
Pero ¿qué les diferencia de D.O. Cava y Clássic Penedès? Que todo el proceso de elaboración se realice íntegramente en sus instalaciones, por lo que no pueden comprar vino base. También que la crianza sea de 18 meses como mínimo; además de potenciar la importancia del viticultor, pagando precios dignos.
Otra peculiaridad es que cada bodega tenga en el mercado al menos un espumoso con un mínimo de 30 meses de crianza y otro con un mínimo de 60.
La idea de crear esta marca surgió de reconocidas bodegas que formaban parte de la D.O. Cava y que no estaban muy de acuerdo con su modo de proceder, por ejemplo con la posibilidad de encontrar vinos de diferentes precios y calidad bajo el mismo marchamo; por eso se unieron con el objetivo de diferenciar y garantizar la calidad de sus espumosos de alguna manera y la que tanto persiguen.
Fueron seis socios fundadores (Gramona, Recaredo, Nadal, Torelló, Sabaté i Coca o Llopart) los que constituyeron la Associació de Viticultors i Elaboradors Corpinnat (AVEC ). En la actualidad, ya son once las bodegas asociadas, que sacan al mercado sus espumosos con el indicativo Corpinnat.
En definitiva, y por definición, los vinos de Clássic Penedès y Corpinnat son espumosos elaborados en la región del Penedés por el método tradicional, pero ninguno está acogido ya a la Denominación de Origen.
Y otro caso que se está produciendo actualmente en España es Viñedos de Álava. Aún no se ha llevado a cabo, pero la idea es crear una nueva Denominación de Origen.
Viñedos de Álava
Algunas bodegas de Rioja Alavesa quieren crear una D.O.P. bajo el nombre de Viñedos de Álava (en euskera, Arabako Mahestiak).
El pasado mes de enero constituyeron su Consejo Regulador, que trabaja en la creación de los registros de viticultores y bodegas que cumplan con su pliego de condiciones. Su intención es elaborar sus primeros vinos bajo el marchamo de esta nueva denominación, en la vendimia 2023.
La historia es larga, pero en resumen: la idea nació con el apoyo de 40 bodegas que firmaron la solicitud inicial. Muchas se desmarcaron en 2017 con la nueva clasificación de la D.O.C.a. Rioja, que diferencia por zonas, municipios y viñedos singulares.
Actualmente, solo cinco bodegas se mantienen al frente de esta iniciativa, que va para largo porque tramitar una DOP no es de hoy para mañana.
De momento sí cuentan con el apoyo del Gobierno Vasco, que les ha concedido la protección nacional transitoria, imprescindible para solicitar la catalogación como Denominación de Origen Protegida a nivel nacional. Además, les ha permitido crear su Consejo Regulador y podrán comercializar vinos en el ámbito doméstico.
Ahora lo que necesitan es contar con la aprobación de la D.O.P. por parte del Ministerio de Agricultura para, posteriormente, elevar la petición a la Unión Europea. ¿Qué pasará? Va para largo.
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