Uno de los grandes errores que solemos cometer llegadas unas fechas tan celebradas como estas, tiene que ver con el vino. La Navidad es sinónimo de celebración, y qué mejor que celebrarlo todo con vino,… con el vino adecuado para cada plato, para cada tipo de alimento. Si hay algún momento del año que se preste a hablar de maridajes, sugerencias, combinación creativa de comida y bebida, es este.
Comencemos pues por evitar ese fallo habitual que consiste en el servir el mismo vino durante toda la comida o la cena. El mismo vino para el primero, para el segundo y, ¡para el postre! Los postres, los reyes de las celebraciones a los que esperamos con ganas y para los que dejamos espacio en el estómago. Esos postres, ¿no se merecerán también el mejor acompañamiento? Y, ¿cuál puede ser ese vino ideal que vaya a la perfección con turrones, mazapanes, frutos secos y frutas escarchadas? Y el chocolate, ¿quién acompañará al chocolate?
Otra tendencia ampliamente extendida es la de reservar el champán o el cava para este último plato. No tiene por qué ser así. Si algo tiene el vino son sus inmensas posibilidades. Veamos…
Vino para turrón y mazapanes
El turrón pide vino dulce y, ¿por qué no acompañarlo con un vino de la misma tierra? Durante estas fechas, no hay tampoco bandeja sin polvorones porque en Navidad, cualquier recipiente luce menos sin ellos o sin alguno de estos característicos dulces; tan característicos y peculiares que necesitan un vino que intensifique su sabor y convierta su textura en algo fino, agradable, esponjoso. ¿Qué tal un vino seco y algo afrutado?
Pero una bandeja con polvorones no debería olvidarse de los mazapanes; más tiernos, más blanditos, más pequeños,… más amigos del vino rosado que cualquier otro postre navideño. Los frutos secos, generalmente en bandeja aparte, piden vino dulce y blanco, y el chocolate, fuente inspiradora de tantos postres, espera con ganas una copita de Oporto, por ejemplo.
¿Sólo un tipo de vino en la mesa esta Navidad? Si escuchas a tus postres, verás que te están pidiendo a gritos algo más de compañía, más variedad y más colorido. Ellos lo agradecerán y tus comensales y tú, también. Si has pensado ya en cuál será tu menú esta Navidad, no te olvides del postre, porque el turrón, el mazapán, los polvorones, el chocolate, cualquiera de ellos, está mucho más rico junto a un buen vino ¡Compruébalo!
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