Quedan ya pocas semanas para la recolección de la uva en Bodegas Comenge. La climatología de los próximos días será decisiva y marcará la fecha de comienzo de vendimia, por lo que aún es pronto para aventurarse a decir la fecha exacta de inicio.

Sin embargo, hay un factor que sin duda caracteriza a la cosecha 2019: la sequía. Desde de noviembre de 2018, las precipitaciones hasta el mes de septiembre -de forma generalizada- en España han sido muy inferiores a la media.

En Bodegas Comenge, tanto el invierno como la primavera fueron extremadamente secos. Durante los meses de febrero, marzo y mayo no cayó ni una gota de agua, en abril se registró algún día de lluvia, pero no en cantidad suficiente. Durante los meses de junio y julio también las lluvias han sido escasas, aunque el final del mes de agosto nos regaló entre 17 y 32 litros por metro cuadrado en las distintas áreas en los que se ubican nuestros viñedos, que fueron rápidamente absorbidos por el suelo.

Es resumidas cuentas, durante el presente ciclo vegetativo, la pluviometría registrada se sitúa en aproximadamente 180 mm, lo que representa un 60% menos de las necesidades normales de un viñedo en producción. Cabe destacar que las hojas basales de nuestras viñas presentan en la mayor parte de los viñedos un vibrante color verde, lo que indica un buen comportamiento y actividad fotosintética a pesar del estrés hídrico,  dado que el sistema radicular de la cepa después de 20 años de edad es capaz de aprovechar mejor las escasas reservas hídricas del subsuelo. Pero la sequía no sólo tiene esta cara negativa. Debido a la baja humedad relativa del ambiente la proliferación de enfermedades criptogámicas se frena y las plantas presentan un perfecto estado sanitario.

A pesar de que se auguran rendimientos moderados, tanto con respecto a la cantidad y tamaño de racimos en las cepas como de mosto por baya, un año seco facilita el trabajo en ecológico de nuestros viñedos y si nada lo tuerce la calidad de esta añada será excepcional.

Cabe destacar que en Bodegas Comenge siempre trabajamos con rendimientos bajos, con el fin de obtener uva equilibrada y de máxima calidad. Esto, unido al pequeño tamaño de las bayas y de los racimos, nos hace estimar una producción en torno a 4.000 kg/ha.

En 2019 no hemos permitido el crecimiento de cubierta vegetal natural entre los líneos de los viñedos, debido, precisamente, a la falta de recursos hídricos. Sin embargo, las labores en la viña han sido las habituales de cualquier año: supresión manual de brotes secundarios (desnietado), despuntados y aclareo de racimos en todos nuestros viñedos.

Un año bueno para la Cabernet Sauvignon

En Bodegas Comenge llevamos haciendo muestreos desde final de agosto y, según los primeros indicios, comenzaremos hacia finales de septiembre con las parcelas más precoces y en octubre con las más frescas.

Estamos muy satisfechos con la maduración de la uva Cabernet Sauvignon en esta cosecha, ya que está madurando completamente y de forma homogénea, con parámetros muy similares al Tempranillo. La maduración del Albillo, por su parte, está siendo más irregular. En las cepas viejas podemos encontrar racimos más grandes que otros años.

Teniendo en cuenta el comportamiento del mes de septiembre hasta el momento, ideal en cuanto a climatología, auguramos un año excepcional para los mostos, con acideces altas debido a una maduración lenta y a gran sanidad de las uvas debido a la falta de humedad. Según Rafael Cuerda, Director Técnico de la bodega, la añada 2019 se puede parecer a la 2005 o 2015.

En Bodegas Comenge no cesa nuestra inquietud investigadora y por eso este año estamos inmersos en otro innovador proyecto de investigación para la selección y empleo de levaduras no-saccharomyces para la fermentación de la uva blanca autóctona Albillo. En el caso del vino rosado Carmen by Comenge y los tintos, realizaremos las primeras pruebas de inoculación en gran volumen de nuestra levadura Lachancea thermotolerans, y se harán las primeras elaboraciones con las uvas de tempranillo obtenidas tras los tratamientos experimentales en viña con elicitores de origen orgánico,  ensayos todos ellos que están englobados dentro de los ensayos contemplados en el proyecto FRESHWINES y  que cuenta con apoyo financiero a través del  Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

FRESHWINES es un proyecto consorciado de desarrollo experimental que pretende promover nuevos conocimientos y tecnologías orientados a mejorar la frescura de los vinos españoles. Mediante la implementación de estrategias vitícolas y enológicas en el viñedo y la aplicación de biotecnología en bodega, esta iniciativa pretende incrementar el valor y la competitividad de los vinos españoles adecuándolos a los perfiles que se corresponden con la demanda internacional creciente.