La sensación de satisfacción que produce una buena comida suele ir asociada, además de a los platos servidos, a la sobremesa que le sigue y por supuesto, a la botella de vino con la que se ha acompañado la gastronomía del momento.
Qué difícil es no asociar cualquiera de ellos a la charla, a la compañía y a veces, hasta al purito de después. Dicho esto, y puesto que en España una comida de ocio pasa inevitablemente, por largos ratos sentados a la mesa antes de levantarnos, tenderemos a pensar que posiblemente seamos uno de los mayores consumidores de vino; y no nos faltaría razón: tradición, clima, cultura y costumbres… lo tenemos todo para poder estar entre los más afortunados capaces de disfrutar, saborear y apreciar los mejores vinos. Sin embargo, es sorprendente descubrir como los mayores consumidores de vino del mundo, distan bastante de cualquiera de estos conceptos.
Aunque España es el decimosexto consumidor de vino del mundo con algo más de 21 litros al año por habitante, estamos lejos aún de países tan pequeños como El Vaticano con casi 74 litros o Luxemburgo con cerca de 50; países que ocupan el primero y segundo puesto del ranking respectivamente, y a los que -más allá de prejuicios y tópicos- nos costaría asociar con los deleites y goces derivados de una sobremesa larga y tendida o con unas costumbres como las nuestras.
Según se desprende de diferentes informes y estudios llevados a cabo por distintas entidades, los países y regiones más pequeñas son las que más vino consumen. En el caso del Vaticano, con unos 800 habitantes, una de las explicaciones viene dada, precisamente, por el perfil de sus miembros: hombres adultos que forman parte de una sociedad en la que no hay niños y en la que todos tienen acceso a productos de calidad excelente con impuestos bastante inferiores a los del resto de Italia.
El caso de Luxemburgo, sin embargo, es muy diferente. Este pequeño país cuenta en su haber con aproximadamente 1.300 hectáreas de viñedos, una extensión que produce anualmente más de 15.000 kg de uva y un mercado del vino que destaca más por su valor que por su volumen. El hecho de que Luxemburgo esté, además, entre los países de mayor poder adquisitivo del mundo, podría ser alguna de las razones que justifiquen un mercado de vinos especialmente rico, tanto en volumen de consumo como en diversidad de su oferta.
En cuanto a nuestros vecinos Italia y Francia, el primero con 37,9 litros al año por habitante, es el noveno consumidor de vino del mundo, mientras el segundo con 46,4 litros, ocupa el cuarto puesto. Ambos países están aún muy por delante de una España que continúa cuidando sus viñedos y su uva como al mayor de sus tesoros.
Muy interesante!!, hacía a España más arriba, es una pena con los buenos vino que tenemos.
Pues sí es una pena, pero entre todo podemos hacer un pequeño esfuerzo 🙂 Gracias por comentar