Castillo Curiel

Los 115 km que ocupa la franja de la Ribera del Duero de este a oeste dan para mucho: no solo por la importancia de sus vinos, sino también por su historia y su cultura. El segundo río más largo de España va dejando, desde su nacimiento en los Picos de Urbión (Soria) hasta su desembocadura en Oporto, un vestigio cultural digno de mención… Nos adentramos en una ruta que te hará viajar por el tiempo hasta la Edad Media, visitando tres de las cuatro provincias castellanoleonesas (Soria, Burgos, Segovia y Valladolid) que el curso de nuestro majestuoso río atraviesa: bienvenidos a la Ruta de los Castillos de la Ribera del Duero, una ruta dentro de la Ruta del Vino Ribera del Duero.

Ya desde el Neolítico las poblaciones construyen fortificaciones con el objetivo de defenderse, fortificaciones que van evolucionando, tanto en estructura como en materiales, hasta la Edad Media, época de máximo esplendor de los castillos, cumpliendo no solo propósitos militares sino que también servían de residencia a la nobleza o a los propios reyes. Su función les lleva a ubicarse en lugares estratégicos como puntos elevados y puntos próximos a un curso de agua para su abastecimiento pero, con el ocaso del feudalismo a finales del siglo XVI, van siendo abandonados y sustituidos por mansiones palaciegas en la corte, quedando obsoletos en su función militar y perdiendo todo su interés hasta la actual ruina de su mayoría.

Nuestra Ruta de los Castillos formó parte del eje fronterizo del Duero entre los reinos cristianos y musulmanes durante la Reconquista. Empezaremos nuestro recorrido en tierras sorianas, adentrándonos después, siguiendo el curso del río, en el castillo de Peñaranda de Duero (Burgos) hasta llegar hasta la provincia de Valladolid, donde visitaremos los de Peñafiel y Curiel.

SAN ESTEBAN DE GORMAZ (Soria)

Esta población soriana, símbolo de la arquitectura románica en la Ribera del Duero, duerme bajo los pies de los restos de un castillo que se construyó en el siglo X y que, tras cambiar de manos continuamente y ser controlado por los cristianos en el siglo XI, no se ha recuperado desde la invasión francesa de 1808. Su situación estratégica en la cima de un cerro permitía el control del paso sobre el puente que salvaba (y salva) el río Duero. A pesar de su estado ruinoso, el castillo de San Esteban de Gormaz tiene una importancia relevante, conservándose en la actualidad una parte de su muralla, otros restos de muros y un aljibe.

El castillo de San Esteban de Gormaz fue declarado “monumento” en 1949 y el acceso es libre.

PEÑARANDA DE DUERO (Burgos)

Este encantador pueblo medieval ribereño, a solo 15 km de Aranda de Duero, descansa bajo los pies del castillo roquero más importante y espectacular (junto con el de Frías) de la provincia de Burgos. Como venimos diciendo sobre este tipo de fortificaciones, se empezó a construir por motivos militares con el objetivo primero de frenar el avance árabe en el siglo XI, pero es en el siglo XV cuando el primer Conde de Miranda lo conserva y le confiere la mayor parte de su aspecto actual.

Se trata de una fortaleza robusta y sobria, siendo uno de los elementos más llamativos del castillo su “torre del homenaje”, por sus dimensiones y por su buen estado de conservación. En el interior de esta torre se encuentra un Centro de Interpretación, que ofrece visitas guiadas para conocer en profundidad su leyenda. El acceso al resto del castillo es libre y su mirador permite contemplar unas vistas espectaculares alcanzando incluso a diferenciar el Sistema Central. Ha sido escenario de películas y se han llegado incluso a celebrar eventos como bodas civiles.

El castillo de Peñaranda de Duero fue declarado “monumento histórico – artístico” en 1931.

Su aspecto desafiante vislumbra su pasado glorioso y su apariencia de navío lo asemeja, y no es casualidad, a otro de los castillos del que hablaremos a continuación, ¿lo adivináis?.

 

PEÑAFIEL (Valladolid)

La villa de Peñafiel se avista desde lejos gracias a la presencia de su imponente y regio protagonista: el castillo. Sede del Museo Provincial del Vino de Valladolid desde 1.999 y uno de los emblemas del enoturismo en la Ruta del Vino Ribera del Duero, podrás bucear por el maravilloso mundo del vino a través de su historia y su cultura recorriendo el interior de este edificio, que comenzó a levantarse en el siglo IX y que fue declarado Monumento Nacional en 1917.

El aspecto actual del Castillo de Peñafiel es fruto de las diversas intervenciones que han ido produciéndose a lo largo de los siglos, aunque su aspecto actual se debe a Don Pedro Téllez, que lo levantó en el siglo XV.

Su singular arquitectura se adapta a la configuración del cerro peñafielense a lo largo de más de 210 metros de longitud y 33 metros de anchura, confiriéndole el aspecto de un gigantesco navío (efecto que se acentúa los días de niebla), siendo conocido como “El Buque de Castilla” (¿os acordáis de su semejanza morfológica con el castillo de Peñaranda? Pues es que el castillo de Peñaranda de Duero está diseñado según los cánones de diseño del castillo de Peñafiel…).

El acceso está restringido al horario de visitas.

CURIEL (Valladolid)

Solamente cuatro kilómetros separan Curiel de Duero de Peñafiel, y es que, como cuenta la leyenda, había un gigante que ponía un pie en el castillo de Curiel y otro en el de Peñafiel para beber agua del Duero.

Esta pequeña población vallisoletana, perteneciente al valle del Cuco, tuvo dos castillos en la Edad Media. Uno de ellos, el que perdura actualmente, es el castillo – fortaleza situado en lo alto de un roquedo, llamado también de Doña Berenguela (primogénita de Alfonso VIII de Castilla y Señora de Curiel).

Convertido en un hotel restaurante, el castillo de Curiel es el más antiguo de Valladolid y también el punto habitado más alto de la provincia. Fue propiedad de siete reyes castellanos y entre sus anécdotas se cuenta que en la fortaleza estuvo preso Diego de Castilla y Sandoval durante 54 años, siendo uno de los cautiverios más largos de la historia de España

Aunque hay muchos otros castillos en la Ribera del Duero, su estado es bastante ruinoso. No obstante no queremos dejar de mencionarlos….

LANGA DE DUERO (Burgos)

Construido en los siglos XIV o XV, la leyenda cuenta que el Duque de Medina-Sidonia (hermanastro de la reina Leonor de Castilla) estuvo preso en su torre, logrando escapar gracias a una cuerda proporcionada por los mismos vecinos. Es conocido por sus paisanos como “El Cubo” y los mismísimos Reyes Católicos se alojaron en este castillo en 1506. La única parte del castillo que se conserva intacta es su torre.

El acceso es libre y fue declarado “monumento” en 1949.

CASTILLEJO DE ROBLEDO (Soria)

Su castillo fue levantado por la Orden del Temple en el siglo XII sobre una fortificación musulmana anterior. Fue declarado “monumento” en 1949 y su estado es de casi ruina. El acceso es libre.

HAZA

El municipio de Haza es uno de los “balcones” de la Ribera del Duero por excelencia, con extraordinarias vistas a la vega del río Riaza. De su castillo del siglo X sólo se conserva, a duras penas, su torre del homenaje y un enorme pozo, aunque se está intentado restaurar.

Fue declarado “bien de interés cultural” en 1949 y su acceso es libre.

En definitiva, estas construcciones han sido elementos vitales en la consolidación del territorio castellanoleonés, en la defensa de sus poblaciones y en la ostentación de poder y riqueza, dejando joyas históricas y arquitectónicas como las que hemos relatado. ¡Que disfrutes de la Ruta de los Castillos de la Ruta del Vino Ribera del Duero!

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Y si prefieres viajar a tu aire, puedes descargarte la aplicación inteligente (llamada Inventrip) de la Ruta del Vino Ribera del Duero, que irá guiándote por tu aventura en nuestra maravillosa tierra.

¡Te esperamos!