En esta época navideña todos nos esforzamos en sorprender y agradar a nuestros invitados, ofrecer las mejores viandas y los vinos más apropiados para hacer disfrutar en plenitud a nuestros amigos y familiares.

Durante estas fechas se publican infinidad de artículos sobre qué vinos recomiendan tomar con distintas elaboraciones, algunos más clásicos, otros novedosos para descubrir variedades de uvas minoritarias; tampoco pueden faltar los espumosos y los vinos dulces.

La armonía tradicional de vinos blancos para pescados y tintos para carne sigue funcionando, aunque a un auténtico #winelover sin duda le gusta el riesgo y aquellos maridajes denominados ‘por contraste’, que se fundamentan en un hecho tan científico como que “los polos opuestos se atraen”. Un ejemplo sería unas carrilleras con un oloroso, ¿no lo has probado? ¡Te lo recomendamos!

Normalmente, las armonías se basan en productos de proximidad (funcionan casi el 100% de las veces) o de afinidad. Un ejemplo del primero sería un clásico de la Ribera del Duero: vino tinto con cuerpo con lechazo asado. Con respecto al maridaje de afinidad, hace referencia a dos elementos cuyos sabores principales son similares (ácido + ácido, dulce + dulce). Un ejemplo clásico sería una tarta con un Pedro Ximénez. Estas armonías también suelen funcionar, pero quizás sean algo menos interesantes para el foodie experimentado.

Igualmente suele decirse que las comidan han de empezar con un blanco, para terminar con un dulce y brindar con un espumoso. ¡Nada más lejos de la realidad! Esta regla no sirve porque también depende de la elaboración de cada uno de los vinos: Un vino blanco fermentado en barrica necesitará un plato más graso y potente que un tinto roble, por ejemplo.

Además, es vital tener en cuenta las salsas, pues suelen cambiar los aromas y sabores principales de un producto. Imaginemos una salsa roquefort o de pimienta.

Armonías con nuestros vinos

Si te consideras un auténtico #comengelover y no paras de visitar nuestra web para pensar las mejores armonías para tus menús de Navidad, hoy queremos darte varios consejos para que no te quedes sin probar alguno de nuestros vinos.

  • Biberius: Es el tinto más joven de la casa y sus opciones son casi infinitas, pero, como disponemos de una gran variedad de vinos con los que disfrutar, nosotros te lo vamos a remendar para “mientras”… Mientras haces la comida, mientras pones la mesa, mientras llegan los invitados, mientras se picotea algún canapé… Un vino de aperitivo con el que acertarás seguro.
  • Comenge Verdejo: En nuestro caso, se trata de un verdejo joven, con apenas unos meses de crianza sobre lías. Por ello nos vamos a inclinar por armonías clásicas, como mariscos, ceviche y quesos suaves. Y por supuesto, con jamón ibérico.
  • Carmen by Comenge: Sin duda los vinos rosados son algunos de los que más opciones brindan en la mesa. Va bien con verduras, con queso, embutidos y con una carne típica de la Ribera del Duero, el lechazo.
  • Comenge Origen: Si entre esos embutidos se disponen algunos de un sabor más intenso (como la morcilla), este vino es la mejor opción. Pero, además, pruébalo con un pescado en salsa (rape empiñonado, merluza con almejas en salsa verde..), carnes suaves (como redondo de ternera) o, por ejemplo, una receta muy típica de Navidad, la lombarda con manzana.
  • Familia Comenge: Puede combinar perfectamente desde con jamón ibérico, hasta pescado azul, quesos fuertes y carne, sobre todo si está algo especiada.
  • Don Miguel Comenge: Un vino con el que podrás disfrutar también durante la sobremesa y comprobar cómo se expande, sus aromas cambian… Una delicia que disfrutarás al máximo con chocolate e incluso después del café.