La buena mesa, la buena cocina; otro de los grandes placeres de la vida. ¿A quién no le gusta comer bien? Y de entre aquellos a los que les gusta comer bien, hoy nos dirigimos especialmente, a quienes les gusta cocinar, a ellos y a los que disfrutan en la cocina entre cacharros, recetas e ingredientes varios porque hoy, nuestro ingrediente estrella, como no podía ser de otra manera, vuelve a ser el vino; esta vez como condimento indispensable de muchos de los platos que la vida y los más ‘cocinillas’ nos ponen delante.

 

Foto. D.O. Cava

Foto. D.O. Cava

Cualquiera que esté acostumbrado a guisar sabe que necesita tener vino, porque es una de esas cosas que alegran la mesa, solo, o como parte de una salsa dulce o salada. No importa, siempre hay vino en la cocina de un buen cocinero y de un buen paladar.

El vino es uno de esos productos capaces de convertir el plato más común en excelente manjar y es, por lo tanto, un gran aliado de la gastronomía. Ahora bien, tan importante es poder contar con él, como elegir un vino de buena calidad.

No es recomendable emplear cualquier vino para cualquier plato. Conocer las características del vino que vamos a emplear es tan importante como conocer los ingredientes de los que se componen los platos que vamos a preparar. Solo en función de los ingredientes y del tipo de menú, será recomendable un vino de unas características u otras.

Empleado para caramelizar, marinar y conjugar o combinar diferentes sabores, el vino forma parte de dulces y salados, lo que significa que cada ingrediente cuenta con un vino diferente que lo complementa a la perfección. Pero antes de pasar a dar algunas recomendaciones, es también importante recordar que el vino ha de ser siempre un complemento en nuestra cocina y no ha de acaparar el protagonismo.

CARNE-CHARLIE-CHAMPAGNE

En la preparación de diferentes platos, conviene tener en cuenta que los cavas, blancos y rosados se convierten en el ingrediente ideal para la preparación de platos a base de huevos.

Los mariscos piden también cavas y vinos blancos jóvenes y afrutados y, el pescado necesita de estos mismos además de finos y manzanilla.

En cuanto a la carne, no toda requiere del mismo tipo de vino. La ternera pide tinto joven y crianza, mientras que, al añojo y al buey, quizás les vaya más un reserva. El cordero, el cerdo y la caza comparten tinto crianza y los quesos frescos y semicurados prefieren un cava y vinos blancos con cuerpo, o un tinto joven.

Con la llegada del frío, las legumbres sin cava y tinto joven no saben igual y a las cremas sin algo de vino blanco tampoco.

PASTEL-DE-CHOCOLATE-CON-HELADO

La pasta y el arroz pueden llevar cavas, rosados, blancos y tintos suaves y, los postres, vinos dulces. Lo único que nos falta antes de terminar es recordar que, como buen ingrediente de altísima calidad, las propiedades del vino han de mimarse y para ello, nada como cocinar a fuego lento.

Ahora, ya podemos empezar. La cocina nos espera.