Estamos seguros de que la vendimia 2021 será recordada como histórica en bodegas Comenge y, en general, en la Ribera del Duero, debido a la magnífica calidad de las uvas.
El tiempo nos ha acompañado durante toda la campaña en el mes de octubre, con ausencia de lluvias.
En Ribera del Duero, en términos globales, ha sido una vendimia larga, prolongándose la recolección durante un mes y medio. Esto se debe que las inclemencias climáticas como Filomena o los devastadores pedriscos de primavera causaron diferencias en la brotación y maduración de las diferentes parcelas.
Temíamos por la sanidad de las bayas, pues en las primeras semanas de septiembre las lluvias nos dejaron entre entre 50 y 80 litros (en función de la zona). A esto se sumaron algunas mañanas con niebla, en las que la humedad relativa fue del 100% durante la mayor parte del día.
Estas condiciones de temperatura son amigas de la botrytis o podredumbre gris, pero las frías temperaturas matinales, algunos días cercanas a los cero grados centígrados y el tiempo seco que nos acompañó durante todo el mes de octubre han evitado el desarrollo de este hongo.
La vendimia ha sido tranquila, pausada, sin prisa… Los racimos han madurado poco a poco y, precisamente la oscilación térmica tan característica de la región ha favorecido una completa maduración fenólica (pieles y pepitas bien maduras), dándonos unos vinos tremendamente aromáticos y con una buena acidez.
Las idóneas condiciones del tiempo durante la campaña han sido ideales para controlar a la perfección la entrada de uva: hemos recogido las uvas cuando hemos querido, en el momento óptimo de maduración para nosotros.
Incluso llegamos a parar cinco días en mitad de la campaña. Lejos de ser un problema, han permitido controlar las fermentaciones en los primeros depósitos, sobre todo en los blancos y rosados, cuya elaboración delicada requiere mucha atención.
Según Rafael Cuerda, director y enólogo de la bodega, “los vinos presentan una textura deliciosa en boca. Las fermentaciones se han desarrollado de manera muy clara y predecible, sin sorpresas”.
Los rendimientos por hectáreas obtenidos se sitúan entre los 4.900 y 5.000 Kg. y la producción total de uva ha sido algo más baja que el año pasado.
En Comenge siempre tenemos en cuenta la correcta distribución de los racimos y la relación entre los rendimientos de cosecha y la superficie foliar, que adecuamos a las condiciones de cada añada. Previendo que el ciclo de maduración este año iba a ser largo, se realizó un importante aclareo de racimos con objeto de favorecer la adecuada maduración y la aireación de los racimos, clave para mantener una correcta sanidad de las bayas.
Según Rafael Cuerda, 2021 es también un gran año para la producción de Albillo Mayor. Seguimos haciendo pruebas de fermentación con levaduras no Saccharomyces como herramienta para potenciar la complejidad y equilibrio de nuestro vino blanco de la Ribera del Duero. Nueve vinificaciones diferentes conformaran el futuro Comenge Albillo Mayor 2021.
Para nuestro clarete de parcela, Carmen by Comenge, de nuevo trabajamos diferentes vinificaciones que conformarán el resultado final. Aparte de inocular diversas levaduras propias para la fermentación de los mostos fruto del esfuerzo investigador de estos últimos 18 años, hemos elaborado rosado de sangrado (solo con el primer mosto de uva tinta) y rosado con mezcla de uvas blancas y tintas (históricamente llamado clarete). Contamos hoy con una paleta aromática muy rica y diversa para ensamblar el vino final.
El buen tiempo de la presente vendimia habría favorecido la correcta maduración de variedades de uva de ciclo largo, como la Cabernet sauvignon. Un año perfecto para esta uva. Lamentablemente, en Bodegas Comenge fue vendimiada antes de tiempo por el granizo de primavera. Una pena…
Muchas gracias por el informe tan entretenido y claro acerca de la vendimia 2021, que nos ilustra a quienes no tenemos la suerte de tener un conocimiento profundo de ese fascinante mundo de la uva.
Gracias por compartir.
Os sentimos cercanos…