vino para bodas

El día de tu boda es un momento especial e inolvidable. Independientemente del tipo de celebración que sea. Tradicional o innovadora. Religiosa o civil. Un gran acontecimiento con cientos de invitados o una íntima reunión con tus familiares y amigos más cercanos. Y es que toda boda tiene algo en común; consiste en la unión de dos personas que se conocen, se respetan y se quieren a pesar de sus imperfecciones. En tu boda quieres gritar a los cuatro vientos que has encontrado a ese alguien especial que pinta tus cielos de un azul más claro, vuelve tus días más brillantes y está presente en tus momentos más oscuros. Alguien con quien te sientes cómodo en todo momento, con quién puedes ser tú mismo sin filtros ni pretensiones y que es capaz de sacarte una sonrisa cuando tienes lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta.

Si algo nos han enseñado las películas americanas es que la organización de una boda puede ser un proceso largo y estresante. Tantos detalles que organizar… Sin embargo, también es una tarea preciosa y emocionante donde cada detalle cuenta. Cada pequeña decisión es indispensable para crear un momento único y especial que siempre recordarás con cariño en tu memoria. ¡Y la elección del vino es una decisión esencial! Ya sea por su potente simbolismo, porque mejora la experiencia sensorial de la comida o porque ayuda a inmortalizar este acontecimiento que ocurre una vez en tu vida, no hay nada como escoger un buen vino para que tu boda sea un éxito.

La importancia del vino no es algo reciente

Desde tiempos inmemoriales el vino ha sido símbolo de alegría, abundancia y celebración. Está presente en famosos momentos históricos como la Última Cena de Jesucristo y en ritos religiosos como la comulgación. Y es que el vino siempre ha sido un elemento clave en toda celebración importante. En la Antigüedad las bodas duraban días y era responsabilidad de los novios asegurarse de que no faltase vino en ningún momento. Hoy en día muchas de estas bodas no son tan largas y grandiosas, pero el vino no ha perdido su importancia. No hay nada como servir un vino de calidad para que todo el mundo entienda que se trata de un momento único y de valor inigualable.

Algo más que una boda… la luz al final del túnel

Nos encontramos en un mundo completamente diferente a como era dos años atrás. ¡Hemos sobrevivido una pandemia! Prácticamente toda la humanidad, personas de nacionalidades diferentes, se quedó encerrada en casa durante más de tres meses. Hemos sobrevivido momentos de soledad y de desesperación. Hemos aguantado restricciones y confinamientos. Muchas bodas previstas para el 2020 tuvieron que ser canceladas o retrasadas una y otra vez. Esto puede ser demoledor y desesperanzador. Te haces ilusiones para desilusionarte una vez más cuando te comunican que tu boda no se va a poder celebrar hasta dentro de dos meses. ¡Suficiente para que se te quiten las ganas de celebrar nada!

Sin embargo, con el increíble proceso de vacunación que está teniendo lugar, ya podemos ver la luz al final del túnel. Aunque siguen habiendo algunas restricciones, ¡las bodas están regresando! Sí, siguen siendo una celebración de dos personas que se quieren y desean pasar el resto de su vida juntas, pero se han convertido en mucho más que eso. Son la ocasión perfecta para reencontrarse con los seres queridos, muchos de los cuales no hemos visto en meses. Para ponerse al día, llorar y reír de alegría, abrazarse y sentirse arropado y acompañado por la gente que te conoce y te quiere. Para coger la copa de vino y brindar por los tiempos que están por llegar. Brindar por las experiencias vividas y lo fuertes y valientes que hemos sido al aguantar sin derrumbarnos. Mejor aún, por habernos derrumbado pero haber conseguido volvernos a levantar.

Una comida inolvidable

Como buen conocedor del vino que eres, sabrás que combinar bien un plato y un vino pueden convertir una buena comida en una experiencia excelente. La degustación del vino afecta a todos los sentidos. El aroma, la textura, el sabor, etc. Es por esto que es importante saber qué menú se va a servir para escoger el vino que mejor lo acompañe. El arte de maridar un plato no es sencillo, pero sus beneficios son numerosos. Aquí te comentamos 4 opciones diferentes que puedes servir en tu boda según tus gustos y los rasgos del acontecimiento en cuestión.

Vino blanco

Fresco y suave, esta clase de vinos es ideal para bodas primaverales y veraniegas en el exterior o durante el día. ¿Por qué no pruebas nuestro vino Verdejo? Perfecto para aperitivos, quesos y pescados grasos y mariscos de concha.

Vino tinto

El vino de la noche. Perfecto para la cena si se trata de una boda de tarde. Suele ser la opción recomendada en acontecimientos formales celebrados en el interior. ¿Por qué no un Familia Comenge? Un vino intenso y elegante. Prueba a acompañarlo con carnes, asados y quesos curados.

Vino espumoso

¿Qué mejor forma de celebrar que con una copa de champán? Se trata del vino perfecto para el brindis nupcial, para contar anécdotas divertidas y dar las gracias a los invitados.

Vino clarete

No hay nada como un vino suave para los entrantes de la comida. Sushi, ensaladas, carpaccio y platos ligeros de arroz o pasta. Disfruta ya de Carmen. Un vino muy especial de nuestra bodega. ¡Es una edición limitada! ¡Hazte ya con él antes de que se agote!

En cualquier caso, la mejor forma de garantizar que tu boda sea un éxito (además de pasando un buen rato con tus familiares, amigos y tu persona especial) es mediante la combinación de varios vinos. Al final, seguro que tus invitados tienen gustos diferentes y (como acabamos de ver) hay vinos que van mejor con unos platos que con otros. Por suerte, en Comenge tenemos varios packs y ofertas que te ayudarán a hacer realidad la boda de tus sueños. ¿A qué estás esperando para echarle un vistazo?