Un viaje por las regiones de las que se compone la Denominación de Origen Ribera del Duero es sin duda una de las experiencias más enriquecedoras para quienes aman el vino y todo lo que tiene que ver con él. Quien decide conocer de cerca todas o algunas de las bodegas que han conseguido que esta denominación de origen destaque con nota entre los vinos de todo el mundo, no puede dejar de visitar bodegas de Aranda de Duero, de Curiel de Duero o de cualquiera de las presentes en otras provincias de Castilla y León como Soria o Valladolid.
Si de algo puede presumir nuestra D.O. castellana es de la gran variedad de vinos que se producen en tan extensa región; y si algo no puede ocultar la D.O. Ribera del Duero, es el reconocimiento internacional del que viene siendo objeto desde hace años o de acaparar, posiblemente como consecuencia de ello, buena parte del protagonismo que han adquirido sus vinos en el extranjero dado el creciente volumen de exportaciones del que disfruta.
Curiel de Duero, muy cerca de Aranda de Duero
De entre las regiones castellanas que integran la D.O, Ribera del Duero, algunas localidades son especialmente conocidas. Las visitas a las bodegas de Aranda de Duero son cita obligada para todo aquel que decide acercarse hasta allí con la intención de disfrutar de su riqueza cultural y gastronómica.
A escasos 40 km, en la provincia de Valladolid, Curiel de Duero alberga otra de las bodegas más importantes de la zona: Bodegas Comenge.
Peñafiel y San Esteban de Gormaz en Valladolid y Soria respectivamente, son entre otras, algunas de las localidades que cuentan con bodegas importantes cuya visita es también de obligado cumplimiento para quienes se lanzan a la interesante aventura de conocer y catar muchos de los vinos de esta D.O.
A todos aquellos que estén dispuestos a explorar Castilla y León durante las próximas vacaciones de Semana Santa, les sugerimos una ruta por las diferentes bodegas repartidas a lo largo de las regiones cuyo vino se produce y comercializa bajo la D.O. Ribera del Duero. Una visita a las bodegas tradicionales de Aranda de Duero, puede ser una buena forma de iniciar el viaje. Vino, gastronomía y cultura que se extienda después por la provincia de Valladolid, por sus monumentos, procesiones y costumbres de localidades a las que el vino, con razón, ha puesto en el mapa hasta convertirlas en punto de referencia internacional.
No es casualidad que el vino español fuera el más exportado del mundo durante 2018. Que el pasado año fue muy significativo para el vino español, según la Organización Internacional de la Viña y el Vino, es motivo de celebración; y que de estos resultados son en buena parte responsables las bodegas de la Ribera del Duero, bien lo saben y lo han podido comprobar aquellos que posiblemente empezaron con una visita a las bodegas de Aranda de Duero y no pudieron resistirse a hacer una parada en Bodegas Comenge y a continuar después por otras de las maravillas que albergan Valladolid o Soria.
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