Antes de explicar qué es la certificación ecológica es necesario entender por qué una bodega como Bodegas Comenge decide conseguir esta legitimación.

La agricultura ecológica es más que un mero papel, un sello o un símbolo. Lo ecológico se basa en una filosofía que engloba muchos más aspectos: Es un respeto hacia el medio ambiente, es cuidar el entorno que nos rodea, su flora, su fauna; en definitiva, vivir en armonía con la biodiversidad existente en el viñedo y trasladarlo a una copa de vino.

En Bodegas Comenge entendemos nuestras fincas como un “organismo vivo”, que puede estar sano o que puede enfermar en función de los desequilibrios que se originen en él. Así que todas nuestras prácticas agrícolas van encaminadas a mantener ese “organismo” bien equilibrado. Sólo mediante la sostenibilidad del ecosistema obtendremos una uva sana, saludable, sabrosa, madura y de calidad.

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Para conseguir reflejar el paisaje del Valle del Cuco en nuestros vinos, debemos trabajar con respeto las tierras sobre las que se asientan nuestros viñedos, creando espacios buenos para las cepas y bellos y saludables para el hombre.

Necesitamos un suelo vivo, por eso dejamos que la cubierta vegetal crezca en las calles de las parcelas. Mantenemos con ello la diversidad genética de nuestras fincas y de su entorno, incluyendo la protección del hábitat de las plantas y animales silvestres. Las especies herbáceas autóctonas de la zona nos ayudan a tener un suelo fértil, que actúa como almacenaje de dióxido de carbono y además evita la erosión de las laderas que encontramos en Curiel de Duero y Pesquera.

Cada año realizamos pequeñas aportaciones de materia orgánica, a partir del estiércol producido por nuestros caballos, manteniendo la fertilidad del suelo que sustenta al viñedo.

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En las 33 hectáreas en las que se asienta el viñedo de Bodegas Comenge nunca se han empleado insecticidas, acaricidas o larvicidas; apostamos por una mínima intervención para que las cepas se hagan fuertes, adaptándose a las condiciones ambientales.

El resultado de estas prácticas completamente respetuosas con el viñedo hacen que las nuestras uvas sean significativamente más pequeñas que el tamaño habitual en la Ribera del Duero. Debido a su menor volumen, los racimos están más sueltos y aireados, con menos probabilidades de sufrir algunos ataques como el de la podredumbre gris. Para combatir esas enfermedades criptogámicas (aquellas producidas por hongos o parásitos) se emplea azufre ecológico y lecitina de soja.

Si la agricultura ecológica es cuestión de filosofía, ¿por qué es necesario tener un documento que lo acredite?, se preguntarán. Esa pregunta nos la llevamos haciendo desde el año 2003, momento en el que comenzamos a trabajar de manera ecológica todas nuestras viñas. En aquellos años no nos parecía necesario, pero en la actualidad el consumidor quiere tener la certeza de se están llevando a cabo las prácticas adecuadas y para ello es necesario que un organismo de control de fe de ello. Esto nos ha llevado este 2015 a inscribir todo nuestro viñedo.

En España hay multitud de entidades públicas y privadas que se encargan de otorgar la certificación ecológica y velar por su cumplimiento, pero todas se rigen por la normativa europea RCE 834/2007 y las directrices que dictamina el Comité Permanente de Agricultura Ecológica (SCOF).
Las reglas de la agricultura ecológica se sustentan en cuatro pilares básicos:

  • Tener sistemas de cultivo sostenibles y salvaguardar el medio ambiente
  • Respetar a la biodiversidad y proteger a los animales
  • Ofrecer productos de alta calidad
  • Proteger los intereses del consumidor

La producción ecológica explica que, en caso de necesidad, los tratamientos deben ser materiales orgánicos procedentes de otras explotaciones ecológicas, sustancias naturales, elementos obtenidos de forma natural o fertilizantes minerales de baja solubilidad.

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También es posible el empleo de algunos productos sintéticos, siempre que no haya otra alternativa clara. Esos productos deberán ser previamente aceptados por la Comisión Europea. Para conseguir la certificación ecológica del viñedo en Castilla y León son necesarios tres años para demostrar que el viñedo carece de productos sintéticos. Después, los controles por parte del órgano certificador son anuales.

La particularidad de Bodegas Comenge es que dicha certificación se ha solicitado mediante una vía rápida, ya que desde nuestro asentamiento en la Ribera del Duero hemos trabajado en consonancia con nuestro entorno.

La Ribera del Duero reúne muy buenas condiciones climatológicas para la practica de la agricultura ecológica. Cada año aumenta la conciencia medioambiental de los viticultores y crece el número de hectáreas trabajadas de esta manera. Por suerte, cada año es más hermoso y diverso el paisaje del Valle del Cuco.

El pasado viernes 22 de mayo celebramos el Día Internacional de la Diversidad Biológica, una fecha que desde 1992 quiere poner en valor los ecosistemas y concienciar a la humanidad de la necesidad de un mundo más sostenible.

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