Cuando hablamos de China, solemos hacerlo como del gran proveedor mundial, del gran “almacén” del mundo, del país que provee al planeta de todo, desde los productos más básicos, hasta los más extraños, aquellos que un ciudadano normal, con una vida y una rutina acorde a la de la mayoría, nunca piensa que necesitará. Sin embargo, China consume, consume mucho y, entre otras cosas, consume vino, ¿quién se lo proporciona? ¿Qué puesto ocupa en el mercado de importación del vino? ¿Han cambiado sus costumbres y se han aficionado a uno de nuestros productos nacionales favoritos?

Aumenta el consumo de vino en China

Sin duda, la respuesta a esta última pregunta parece ser afirmativa. Según uno de los últimos informes de Wine Intelligence, líder mundial en investigación y conocimiento del consumidor de vino, el consumo de vino en el país asiático ha aumentado considerablemente y, en especial, durante y como consecuencia de las restricciones impuestas durante la pandemia. En el caso de China, como en el de otros tantos países, la compra y venta online de productos como el vino, ha sido una de las herramientas al alcance más empleadas para poder mitigar buena parte de los efectos impuestos por la situación sanitaria que aun hoy padecemos.

Si tenemos en cuenta que China fue el primer país que inventó el alcohol, no es de extrañar que entre su oferta gastronómica destaquen bebidas de estas características entre las que encontramos algunas cuya aparición se remonta a 5.000 años atrás con la elaboración de licores fabricados a base de trigo, mijo, arroz o maíz. Si bien, el consumo de vino en China ha evolucionado, aumentado y cambiado con los años, este país disfruta igualmente de licores típicos entre su oferta gastronómica. Como en otras culturas, el vino convive con licores tradicionales chinos, que lejos de enfrentarse, amplían las posibilidades de consumo de una de las poblaciones más numerosas del mundo y abre las puertas a la consolidación y maduración de una costumbre tan española como la habitual presencia de un buen vino en nuestra mesa.

China como productora de vino

Uno de los licores típicos chinos es el baijiu, o licor destilado de arroz de alta graduación cuyo consumo se asocia a la hospitalidad, la simpatía y sinceridad, y a la población de entre 30 y 60 años. ¿Quiénes son entonces los principales consumidores de vino y de otras bebidas extranjeras? Son los jóvenes del mencionado país asiático quienes, como consecuencia del cambio generacional y del pasar del tiempo, perciben las bebidas occidentales como el vino, como productos de calidad y posiblemente, los responsables de que el vino español se haya posicionado en aquel país como uno de los preferidos.

En China, país que, según la Organización Internacional de la vid y el vino, es el sexto país productor de vino del mundo y el quinto en consumo de vino, existe una tendencia al aumento del consumo si atendemos a su trayectoria de los últimos años. En este sentido, los principales consumidores de vino del mundo son: Estados Unidos, Francia, Italia y Alemania.

Una de las muestras del creciente gusto de este país asiático por el vino y su tendencia a quedarse, es que China se encuentra entre los cinco primeros países importadores, por detrás de Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Francia que, en 2018, representaban más de la mitad de las importaciones mundiales.

Un país de semejantes dimensiones, de tradiciones milenarias y con más de mil millones de habitantes que ha demostrado ya su interés y gusto por la cultura del vino, presenta al mismo tiempo un gran potencial de crecimiento como consecuencia de nuevas políticas y del desarrollo de los canales de distribución. Si pensamos que cada vez es más frecuente un nuevo perfil de consumidor, el mercado chino viene perfilándose desde hace tiempo como un mercado de grandes oportunidades en el que todavía falta tiempo para que sea capaz de responder a los patrones característicos de un sector maduro y bien consolidado.

China se abre paso como consumidor

El vino se abre paso en el mercado chino y lo hace adquiriendo una popularidad bien merecida, la popularidad de un producto tan valorado y demandado por sus propiedades, por su sabor y por todo lo que le rodea. Bodegas de todo el mundo llegan a China con la intención de hacerse un hueco en las áreas más influyentes. El mercado chino es, sin embargo, exigente; apto para quienes están preparados para competir gracias a su experiencia, tradición, recursos y conocimientos; apto para quienes apostaron hace tiempo por desarrollar una estrategia en la que el objetivo es llegar a otros continentes y compartir lo exquisito de nuestra tierra, lo especial de un vino como el nuestro; apto para permitir que otros disfruten de lo que nosotros llevamos tanto tiempo disfrutando y valorando y demandando.