En anteriores posts en el blog de Bodegas Comenge, os hemos hablado de algunas características del terruño de la Ribera del Duero, sus suelos, su climatología… En esta ocasión, queremos darle protagonismo a la variedad reina de la Denominación de Origen, la uva Tempranillo.

Pero antes de nada, es conveniente explicar que el ciclo vegetativo o fenológico de esta variedad depende, como es lógico, de multitud de factores climáticos que caracterizan a cada añada en particular.

El clima en la Ribera del Duero se caracteriza por un inviernos largos y fríos, veranos cortos y calurosos, así como una gran amplitud térmica entre el día y la noche. Se trata de un clima mediterráneo continental, caracterizado también por las heladas tardías y el granizo. En el Valle del Cuco,  donde se asienta Bodegas Comenge, la pluviometría es de 400 mm anuales aproximadamente (más abundantes en la zona burgalesa), aunque en los últimos años esta media anual está siendo más baja, en ocasiones incluso limitante para el correcto funcionamiento de la viña.

Todas estas singularidades afectan al ciclo de la uva. La Tempranillo es una variedad de ciclo vegetativo corto –de ahí le viene el nombre-, pero hay otras como la Cabernet Sauvignon que aun estando presente en nuestra Denominación no acaban de madurar con regularidad.

Sin embargo, en el último año estamos percibiendo los efectos de un cambio climático más que evidente, el cual también influye en el crecimiento y desarrollo de la vid. El invierno de 2016 será recordado por la calidez de las temperaturas, la lluvia y la falta de nieve incluso en cotas altas. Aves que empollan sus huevos en enero, almendros que florecen en febrero, cepas que antes de ser podadas “lloran”, es decir, parece que despiertan de su reposo invernal… Aún es muy pronto para poder hacer una valoración, pero lo seguro es que esta climatología normalmente adelante la maduración de las uvas y favorezca la aparición de enfermedades criptogámicas, que ya se están haciendo presentes en el cereal.

tablatiempo

De hecho, la Agencia Estatal de Meteorología ha advertido recientemente sobre las especiales condiciones meteorológicas que se han dado durante el mes de enero. En concreto, en la cuenca del Duero ha llovido en un mes la mitad de lo que suele llover en todo el año y mientras que la temperatura media de la Ribera del Duero en enero no llega a los 4 grados en 2016 se ha superado los 15 ºC de máxima.

 El ciclo fenológico

El ciclo fenológico de la uva comienza cuando la cepa despierta de su reposo vegetativo, que comienza cuando se produce la caída de las hojas y dura todo el invierno. Es durante este periodo cuando se realiza la poda de invierno.

  1. Desborre

Con el fin del invierno y la llegada de la primavera, a mediados o finales de mazo, las yemas de las cepas se  comienzan a hinchar. Aparecen en forma de pequeñas bolitas, también llamados ‘botones algodonosos’.

botonalgodonoso

  1. Brotación

Es una de las épocas más delicadas, climatológicamente hablando. Con la primavera primero salen las hojas, después se abren (hojas extendidas) y comienzan a brotar los primeros racimos. En la Ribera del Duero hay riesgo de heladas y granizo en esta época del año que, de ser demasiado acusadas, pueden incluso acabar con la cosecha.

holasextendidas

  1. Floración y cuajado

El fin de la primavera y el comienzo de la época estival traen consigo la floración de las cepas de Tempranillo. Aparecen las primeras bayas, del tamaño de una lenteja. Los racimos son delicados y están muy expuestos a plagas y enfermedades ya que aún no tienen la consistencia suficiente.

cuajado

floracion

  1. Envero

Sin duda, una de las etapas más bonitas en cuanto a imagen que presenta el viñedo. Las uvas de Tempranillo comienzan a cambiar poco de color, se oscurecen una por una hasta coger su típico color violáceo.

envero

  1. Maduración

Nos acercamos a la época de vendimia. Las uvas crecen, acumulan azúcares, color y otras sustancias En las semanas antes de que empiece la vendimia, es muy importante realizar muestreos de racimos de distintas partes del viñedo y de la cepa, con el fin de valorar el punto óptimo de maduración de la uva y, en consecuencia, decidir su recogida.

La vendimia en la Ribera del Duero suele comenzar a mediados de octubre, si bien esta fecha tiende a adelantarse en los últimos años. Por ejemplo, la cosecha 2015 fue una de las más tempranas de la historia. En nuestro caso, la vendimia más precoz se dio en la añada 2006, comenzando la vendimia el 9 de septiembre. Pero la climatología extrema de la Ribera del Duero hace que dos años más tarde, en el año 2008, esta no comenzase hasta el 20 de octubre, finalizando la primera semana de noviembre. Veremos cómo se comporta el clima a lo largo del actual ciclo vegetativo y si realmente el cambio climático afecta de una forma tan patente como parece.