Nos gusta el vino, nos encanta, podemos tomarnos alguna copita de ese vino estupendo durante una cena. Sorbo a sorbo, poco a poco y saboreando cada trago y, sin embargo, no se nos ocurre nunca llenar la copa hasta arriba. No importa, ni lo hacemos nosotros, ni lo hará quien nos la sirva. Como si fuera la propia botella la que frena la mano decantadora, existe una cantidad aproximada de la que no pasamos. Es de mal gusto, no es elegante y parece que cualquier exceso en este sentido resta la posibilidad de disfrutarlo con el mismo placer. Pocos somos, en cualquier caso, los que sabemos por qué y cuánto se sirve en una copa de vino.

¿Depende de la copa? ¿Depende del vino? ¿Depende del país donde lo consumamos? La respuesta a la pregunta de cuánto se sirve en una copa de vino, responde a las tres preguntas planteadas. En términos generales no se suele llenar la copa más de dos tercios y, el tamaño de la copa puede contribuir a que un solo tercio sea más que suficiente. El vino blanco es más exquisito en sus cantidades. El hecho de que se consuma frío obliga a servir menos. No importa si tenemos que rellenar la copa más a menudo, se trata de conservarlo a la temperatura ideal y, para ello, mejor poco a poco.

¿Qué cantidad se sirve en una copa de vino?

La cantidad que se sirve en una copa de vino depende, tanto del profesional que nos atienda, como de la tradición del lugar en el que estemos consumiéndolo. ¿Quién no ha viajado alguna vez al extranjero y se ha quedado boquiabierto cuando en un restaurante el camarero servía el vino hasta prácticamente el borde de la copa? Hay países en los que todo se hace a lo grande y en los que el sistema de medidas y proporciones no deja espacio a lo contrario, ni siquiera en lo que a vino se refiere.
Pero el consumidor de vino también tiene algo que decir al respecto y a su sano juicio queda el hacer un uso prudente y moderado del vino que va a beber.

Para que nos hagamos una idea, conviene decir que, en el caso de los vinos tintos y vinos blancos secos, una botella debería poder servir unas cinco copas de vino.

La cantidad servida habitualmente entre los dulces oscila entre 60 y 90 ml, mientras que los espumosos admiten unos 150 ml. Aquí sí que la copa admite ser llenada hasta arriba sin que llegue a desbordarse.

Quizás podamos empezar a preguntarnos si esas copas de vino tan enormes y atractivas no nos animan a llenarlas más de la cuenta. ¿Es posible quizás, que las copas de este tamaño nos impulsen a bebérnoslo más rápidamente por temor a que el vino se caliente? Sea lo que sea, bebamos vino, siempre con moderación y sin prisa, más allá de cuánta sea la cantidad que dicen, debe servirse en una copa de vino.