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Comenzamos, a punto de empezar el otoño, hablando de tecnología; de tecnología y de vino, de tecnología punta y de la forma en la que ésta ha revolucionado la viticultura consiguiendo reducir costes sin dejar de perder calidad.

Uno de los últimos avances tecnológicos en la industria del vino ha sido el empleo de drones para vigilar los viñedos. ¿Qué función cumplen? Una de las razones por las que los viticultores emplean drones en el cultivo de sus viñas, es la capacidad de estas pequeñas máquinas para enviar fotografías que pueden ser analizadas posteriormente y que son capaces de proporcionar toda una serie de datos tras cuyo análisis se extrae un resultado completo del estado de evolución y diferentes procesos por los que  pasa la planta.

Los drones se han convertido en una herramienta capaz de suministrar información relativa al estado de la viña, a las necesidades de la misma y su  mantenimiento.  Estas pequeñas máquinas pueden recomendar, una vez extraídos y analizados los datos, el adelanto o retraso de la vendimia, la conveniencia o no de la poda y la existencia o no, de plagas que deben ser exterminadas.

¿Para que sirve el dron en un viñedo?

Cual pájaros, los drones proporcionan análisis exhaustivos de la productividad, de las hierbas que crecen en los viñedos, de la humedad del terreno y de cualquier otro factor que repercuta en el desarrollo de la vid, y con ella, en la calidad del vino.

La capacidad de ofrecer datos increíblemente precisos y tan variados como extensos, ha seducido a quienes han decidido apostar por la tecnología. La confianza depositada en estos ‘pájaros del siglo XXI’, les ha permitido adoptar decisiones acertadas acerca de las prácticas vitivinícolas.

Dicen que el resultado es indiscutible, que la calidad de las cosechas aumenta porque el dron permite optimizar procesos, ahorrar gastos innecesarios y aplicar los ajustes precisos y necesarios en cada momento; que facilita la planificación de todas aquellas actividades por las que pasa cualquier proceso de producción del vino. A todo esto hemos de añadir además, la comodidad que puede ofrecer la tecnología que ha sido creada para ser gestionada y manejada por control remoto…

¿Qué será lo siguiente? ¿Con qué nos sorprenderá la innovadora industria del vino? Todo apunta a que este tipo de tecnología basada en la monitorización desde el cielo, es solo uno de los dones a los que seguirán otros tantos. Tiempo al tiempo… mejores y mayores  ‘drones’ del vino no se harán esperar.