Hasta ahora, en el blog de Bodegas Comenge hemos tratado temas relacionados con los defectos que se pueden encontrar en el vino, de algunas enfermedades que afectan al viñedo desde hace siglos, como la filoxera, o de los efectos causados por efectos climáticos  como las heladas tardías o el granizo.

En la Ribera del Duero, existen una serie de plagas y enfermedades que afectan a las distintas partes de la vid, desde las madera, hasta las hojas y los racimos.  Cada cosecha, los viticultores deben tratar el viñedo al primer indicio de cualquier posible plaga y, mucho más importante, deben realizar prácticas culturales para prevenirlas.

Cada zona vitivinícola tiene unas características climáticas y de suelo diferentes, que inciden en mayor o menor medida en el riesgo de padecer una enfermedad u otra, igual que unas variedades son más sensibles que otras.

Vamos a explicar cuáles son las enfermedades y plagas más comunes en el área donde si sitúa Bodegas Comenge, la Ribera del Duero.

  • Yesca: En una enfermedad de la madera tan antigua como el cultivo de la vid y, al igual que ocurre con la filoxera, aún no ha sido posible encontrar un tratamiento para su erradicación desde que se prohibió el empleo de arsenito potásico. La yesca está producida por varios hongos que penetran en la madera a través de grandes cortes hechos durante la poda y otras heridas en el tronco. Su desarrollo se ve favorecido durante la primavera, cuando más sabia corre por el interior de la vid, así como con las altas temperaturas. Afecta más rápidamente en terrenos arcillosos y profundos que en otro tipo de suelos.
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Foto: Brikensa.com

  • Oídio: Se trata de otro hongo que se desarrolla en las hojas, pámpanos y racimos de la vid. La primera vez se detectó en Francia en 1845 e hizo que se perdieran 35 millones de hectolitros en una sola cosecha. Es visible gracias a un polvillo blanco-grisáceo que cubre el anverso de las hojas, de ahí que comúnmente se le denomine “ceniza”. Las lesiones que el oídio provoca en las bayas son muy propicias para que se desarrollen otra serie de enfermedades como la podredumbre gris.
  • Mildiu: Es una enfermedad también causada por un hongo originario de América, otra de las enfermedades más devastadoras a nivel mundial, aunque en la Ribera del Duero es menos frecuente y depende en gran parte de la climatología (aumenta el riesgo cuando las lluvias de primavera se repiten con frecuencia). Aparecen en las hojas unas manchas, llamadas ‘manchas de aceite’ (por su color amarillento) y algo de polvillo, como el oídio pero en el reverso de la hoja. De la misma forma que con el resto de hongos, las condiciones de humedad y calor son favorables para el desarrollo de la plaga.
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Foto: Viticultura.net

  • Botrytis cinerea: Conocida comúnmente como podredumbre gris, es una de las enfermedades criptogámicas más temidas por los viticultores, así como una de las más frecuentes. Es igualmente producida por un hongo y se extiende rápidamente, sobre todo en condiciones de calor, humedad y poca aireación. Ataca a las zonas verdes de la cepa, sobre todo a los racimos y, lo peor de todo, es que si no se trata a tiempo ni se hace una buena selección de la uva en el caso de que durante la vendimia haya algún racimo afectado, el mosto presenta aromas a podrido. Su detención es muy sencilla a primera vista, se presenta un polvo amarillento-grisáceo encina de las uvas que después se pudren.
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Foto: Viticultura.net

Hoy en día, los viticultores cuenta con bastantes productos para tratar las enfermedades descritas anteriormente. Es su mayoría son productos de síntesis química, que después restarán calidad al vino. Por ese motivo es muy importante la observación, prevención y detección prematura de estas plagas, con el fin de actuar con otros tratamientos naturales no agresivos, tal y como realizamos desde el inicio en Bodegas Comenge.