Parece que la moda de los espumosos ancestrales ha llegado para quedarse, pues son vinos frescos, fáciles de beber y, normalmente, a un precio más asequible que los Champagne y muchos Cavas de calidad. Los pét-nat son espumosos naturales elaborados con este método y su nombre viene de la expresión francesa Pétillant Naturel (naturalmente espumoso).

Primero es preciso conocer la elaboración de espumosos con el método ancestral, denominado así porque fue precursor al método tradicional.

El proceso comienza con la fermentación alcohólica del mosto del vino base, pero cuando ésta no ha terminado, se introduce el líquido en la botella para que concluya la fermentación. Normalmente se tapa la botella con una chapa. El carbónico que tienen estos vinos se produce por la disolución del CO2 que se desprende durante la fermentación.

Cuando las levaduras han concluido la fermentación, caen al fondo de la botella. Este método no permite la adición de levaduras, azúcar o adición de licor de expedición, pero si el degüelle para eliminar los sedimentos y que el vino no se presente turbio.

Más de cinco siglos de historia

Aunque el método tradicional o champanoise es, quizás, el más conocido por los consumidores, el ancestral tiene más de cinco siglos de historia.

La particularidad de los pét-nat, aparte de su método de elaboración, es que son vinos naturales. Y, ¿esto qué quiere decir? La discusión sobre este asunto es larga, puesto que no existe una definición oficial del término ‘natural’ en los vinos, pero de lo que no hay duda es que hace referencia al trabajo respetuoso tanto en viñedo como en bodega.

Normalmente los pét-nat proceden de viñedo que se trabaja en ecológico – tenga certificación o no- , la fermentación se lleva a cabo con levaduras naturales y, en muchas ocasiones, no se añade sulfuroso.

Estos vinos se pusieron de moda en Francia en los años 90, pero ahora han vuelto con fuerza y están conquistando al público joven. Algunas de las razones por las que consiguen encandilar a nuevos consumidores es su -normalmente- baja graduación alcohólica, un carbónico que sin ser agresivo facilita su disfrute y la posibilidad de tomarlos frescos, a unos 7 ºC.

En cuanto al etiquetado de estos vinos, no suelen llevar cosecha, y los productores apuestan por etiquetas coloridas y divertidas, algo que también llama la atención. La variedad de pét-nat es muy amplia: se elaboran vinos blancos, rosados, tintos; monovaritales o coupages, 100% secos o con azúcar residual (procedente de la uva).

Sobre sus posibles armonías, la amplia propuesta existente permite el acompañamiento con muchos tipos de platos, depende del estilo de cada vino en concreto. Pero lo más interesante es que son vinos fáciles de beber que invitan a tomarlos solos, pero en buena compañía, como si se tratasen de un refresco.

En la actualidad se pueden encontrar pét-nat en todo el mundo, desde Nueva Zelanda, Australia, América y España. En nuestro país Cataluña y Valencia ofrecen una multitud de etiquetas. ¿Te has unido ya la moda de los ancestrales?