La figura del négociant ha sido muy importante históricamente en el mundo de la elaboración y venta de vino, principalmente en Francia. Su trabajo consiste en comprar uvas, mostos o vinos a viticultores (o antiguos terratenientes) para después encargarse de su elaboración, mezcla, crianza, embotellado, etiquetado y comercialización.
En la actualidad ya es más habitual en Francia que las bodegas elaboren, embotellen y después comercialicen su propio vino. En este caso, las etiquetas deben reflejar la frase “embotellado en la propiedad” (“Mis en boutiellie par la propriétaire”), en caso contrario, debe aparecer “embotellado para..”, al igual que ocurre en España.
La labor del négociant se ha practicado tradicionalmente en Borgoña, forma parte de su cultura vinícola, y ha sido fundamental para el desarrollo comercial y la expansión de los vinos de la zona.
En el mercado español del vino es posible que esta figura resulte algo difusa debido a su comparación con los vinos ‘por-para’. Es decir, el trabajo de los négociants no sólo consiste o consistía en la compra-venta de vino, sino que además buscan la elaboración de un vino personal, con –a priori- las mejores uvas y todo ello conlleva una selección desde el origen.
En nuestro país quizás los ‘por- para’ están realmente mal valorados en muchas ocasiones, ya que se piensa que el “négociant” simplemente elige una bodega, un depósito con vino, que después se embotella y etiqueta en la misma propiedad y a continuación la persona lo distribuye con una etiqueta personalizada. No siempre es así.
Las ventas en Primeur
La venta de vino en Primeur fue inventada en Burdeos en 1970. Se trata, ni más ni menos, que de una venta en primicia, es decir, antes de que el vino esté terminado de elaborar. Normalmente el vino que se vende ha sido introducido en barricas recientemente.
Cada año en el mes de abril Burdeos se convierte en un verdadero hervidero de importadores, críticos, periodistas, sumilleres y otros especialistas del sector entre los que se incluyen, por supuesto, los négociants.
Durante este súper evento del vino, el Consejo Interprofesional del Vino de Burdeos se encarga de organizar una serie de catas para valorar los vinos que se van a comercializar en la venta en primicia.
De acuerdo a la valoración que consiguen los distintos vinos –recordemos, aún no están hechos del todo- se les adjudican unos precios u otros. Sin embargo aquí entra el juego la pericia de los négociants y resto de profesionales para saber qué vinos triunfarán en el mercado dentro de dos años para apostar por unos determinados vinos u otros aunque no sean los más puntuados.
Estas prácticas de comercialización se han acuñado del país vecino en España, aunque con algunos (muchos matices). En los últimos años algunas distribuidoras de vino nacionales han organizado ventas en Primeur de vinos que aún no están en el mercado aunque, en este caso, sí que están embotellados y etiquetados.
Los objetivos de estos eventos, entre otros, pasan por conocer la opinión de los prescriptores antes de que los vinos salgan al mercado; así como la valoración de importadores que después los comprarán o que, incluso, pueden reservar partidas.
Hoy en día, la venta en Primeur sigue teniendo magia, pero es cierto que la gran cantidad de información que circula por Internet y las ventas on-line favorecen que cualquier persona pueda opinar sobre ciertos vinos que antes eran prácticamente inaccesibles.
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