Las uvas. Sin ellas, no habría vino. Sin ellas no habría postre. Las uvas de mesa, las uvas empleadas en la elaboración del vino, ¿son las mismas? La respuesta es no. Son uvas de características diferentes por su tamaño, por su forma y por cómo se cultivan. Definitivamente, las uvas que comemos, no son las mismas que ¨bebemos¨.
Diferencia entre uvas
Mientras las uvas de mesa, esas que tomamos de postre a menudo y con las que terminamos el año, se cultivan en climas más cálidos y gustan del sol aunque se protegen de él con sus grandes hojas de parra, para las uvas empleadas en la elaboración del vino, el clima es más importante aún y, con él, determinadas exigencias. La luz menos intensa, el viento, las heladas y la capacidad para resistir la falta de humedad, son algunos de los factores que las convierten en aptas para producir vino.
Mientras de las uvas de mesa nos llama la atención su tamaño y su color, nos gustan dulces y a ser posible sin pepitas, las uvas de vino destacan por tener un tamaño menor y por el hollejo, y la pulpa, elementos responsables del color y del aroma del vino.
Aunque España es uno de los países con mayor superficie dedicada al cultivo de la uva del vino, tampoco podemos quejarnos de nuestra oferta en lo que a uva de mesa se refiere, porque entre otras razones, contamos con la variedad malagueña de Moscatel o la alicantina denominada Aledo, dos tipos de uva bien conocidos por los españoles que es fácil encontrar en nuestros platos de postre.
Pero aun hay otro tipo de uva cuya producción está liderada por Turquía, la uva pasa. Esta uva seca, dulce y de pequeño tamaño que para conseguir su deshidratación debe secarse al aire, cuenta también don diferentes variedades: la de moscatel, la sultana o blanca y las de Corinto. Se trata, en cualquier caso, de variedades de uvas no aptas para la elaboración del vino que son fundamentalmente dulces.
Y si una copita de vino al día es una costumbre saludable, también lo es el consumo de uvas pasas por su contenido en fibra y su propiedad para eliminar toxinas del cuerpo. Diuréticas, depurativas, beneficiosas para la salud cardiovascular. Estas son solo algunas bondades de la uva, de cualquiera de ellas, sean o no cultivadas para terminar tanto en una copa de vino como en un plato de postre.
Deja tu comentario