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¡Dicen que algo tiene el vino cuando se le bendice! (en realidad es el agua, pero nosotros lo adaptamos) y así es. Aparte de los múltiples beneficios de su ingestión, siempre con moderación, las uvas se han empleado históricamente como cosméticos naturales, con la finalidad de lucir una piel más sana y saludable.

Los compuestos que contiene la piel de la uva, llamados polifenoles, además de ser responsables del color y la tanicidad de los vinos, también contienen sustancias que ayudan a prevenir el envejecimiento de las células. Un ejemplo es el famoso resveratrol, que ayuda a evitar la muerte de las células y se ha demostrado ser beneficioso para pacientes de algunos tipos de cáncer o para aquellos más propensos a padecerlo.

Estos nutrientes se encuentran principalmente en mayor cantidad en las uvas tintas, sobre todo en las variedades Tempranillo y Cabernet Sauvignon, pero las blancas también tienen compuestos fenólicos.

Aunque los compuestos que se encuentran en la piel de las uvas son lo más populares en cosmética, las grandes casas de belleza que elaboran productos con elementos naturales también utilizan el hollejo, las pepitas e, incluso otras partes de la planta como las hojas o los sarmientos para hacer tratamientos de vinoterapia y elaborar cremas, geles, mascarillas, jabones, etc…

Por ejemplo las pepitas de las uvas resultan un buen exfoliante, además son ricas en ácidos grasos. El hollejo por su parte, es capaz de retener gran cantidad de agua, por lo que su uso se destina sobre todo a tratamientos nutritivos e hidratantes.

Pero las uvas, además de ser potentes antioxidantes, también ayudan al tránsito intestinal, a lograr mayor elasticidad y firmeza de la piel, son una rica fuente de fósforo y potasio, difuminan arrugas, previenen las manchas solares en verano así como enfermedades cardiovasculares; según varios estudios publicados durante años en diversos países del mundo. En resumen, la uva, el mosto, el mosto fermentado y todo lo que procede del fruto, es beneficioso para salud interior y exterior; más razones para consumir vino siempre con moderación.

Mejor uvas ecológicas

Cuanto más sanas sean las uvas con las que se preparan los cosméticos y otros ‘ungüentos’ naturales, mejor será el resultado. El empleo de tratamientos de síntesis química en el viñedo y en la bodega restan capacidad de acción a los compuestos; los herbicidas y otros tratamientos reducen la calidad y presencia de nutrientes beneficiosos para la salud. Por ello, cuanto más natural sea un viñedo, mejores serán los cosméticos derivados del mismo.

Los tratamientos de vinoterapia son tan antiguos como la primera vendimia, aunque no tan sofisticados como los que se ofrecen hoy en día en Spa y centros de belleza (ni se conocían como tal).  En realidad, los inicios de la vinoterapia como tal hay que situarlos en Francia, en la región de Graves, muy cerca de Burdeos, de la mano de Matilde Cathiard y Bertrand Thomas; pero en seguida la técnica se expandió a otros países del mundo. En España su origen se sitúa en Haro, La Rioja.