bodega

Si no eres de esas personas ordenadas, si te cuesta tener cada cosa en su lugar o si eres el único que reconoce orden en su desorden, quizás los siguientes consejos te ayuden a cambiar. Algo tan sencillo como aprender a organizar y clasificar las botellas de vino que guardas en casa, que vas acumulando y por las que te has decidido a crear tu pequeña bodega, requiere sin embargo de orden, constancia y cierta
meticulosidad; todas ellas cualidades que no te costará desarrollar si tu desorganización es tan grande como tu pasión y gusto por el vino.

Como en casi todo, existen diferentes formas de poner tus botellas de vino en orden. Aunque tú mismo puedes crear tu propio criterio de clasificación, es casi seguro que alguno de los que te ofrecemos a continuación, te servirán para comenzar a organizar ese espacio que le vas a dedicar a tus vinos preferidos.

Criterios para ordenar el vino

Uno de los primeros criterios es aquel que tiene en cuenta la cantidad de azúcar, criterio relacionado con el proceso de fermentación de la uva y por el que nos vamos a encontrar con vinos de mayor o menor gradación; es decir, con más o menos alcohol. Así, según la cantidad de azúcar, nos encontramos con que de mayor a menor cantidad, los vinos pueden ser, por este orden: secos, abocados, semisecos, semidulces y dulces.

Pero si esta forma de clasificar el vino no te convence, puedes hacerlo también atendiendo a cómo han sido elaborados. Esta clasificación pasa por ordenarlos según sean vinos de mesa o vinos especiales y, a su vez, por separar los de uno y otro grupo de acuerdo a su dulzor y edad. Según la edad o tiempo empleado en el envejecimiento del vino, éstos pueden ser: jóvenes, crianza, reserva y gran reserva.

En realidad existen múltiples opciones susceptibles de ser combinadas entre sí. Todo depende de las ganas y del cuidado con los que quieras empezar a poner orden en ese espacio de tu casa y, por supuesto, del tamaño del mencionado espacio que acogerá la colección de botellas de vino que hayas ido acumulando o que estés dispuesto a acumular. Puedes, por ejemplo, separar los vinos españoles de los extranjeros o hacerlo según su denominación de origen o, simplemente, y para empezar poco a poco, por tipo de vino: tintos, blancos, rosados y espumosos.

En cualquier caso y hagas lo que hagas, hay dos reglas de oro que no debes pasar por alto. La primera: la temperatura. Evita el calor y el frío. Ambos excesos solo perjudicarán los vinos de tu bodega. La segunda: mantén las botellas  de vino tumbadas o boca abajo para que el corcho no se seque. Hecho todo esto solo te falta empezar a presumir de bodega.