Aunque estamos en Navidad y es esta la época del año que más invita a hacer todo tipo de predicciones y con ellas a despertar renovadas esperanzas, existen alrededor del vino y de la forma de brindar, multitud de supersticiones que vienen de muy lejos y que se ponen especialmente de manifiesto en estos días.
Entre las supersticiones más conocidas y practicadas se encuentran la de que pasar por debajo de una escalera trae mala suerte o la de que romper un espejo significa siete años de mala salud. Todas ellas tienen una historia, una razón de ser y un motivo por el que se han perpetuado a lo largo del tiempo.
Supersticiones relacionadas con el vino
Existen alrededor de la bebida y en concreto, del vino, múltiples supersticiones de las que entre otras, se hace eco, por ejemplo, la biblioteca fraseológica del Centro Virtual Cervantes; vino y tradición, vino y rito y, claro está, vino y superstición; algo con tanta historia no podía escapar a los embrujos y hechizos de adivinos de múltiples Cortes. Así, antes de pasar al momento propio del brindis, comenzaremos por recordar que existe también una vieja superstición según la cual, es de mal agüero soñar con uva negra; dicen que hacerlo trae lágrimas.
Y puestos a servir el vino, botella, bota o vasija en mano, se decía antiguamente, que no debía servirse con la mano izquierda; servir el vino con la mano izquierda traía mala suerte puesto que era señal de traición y una falta de respeto hacia quien lo recibía.
Continuamos con las formas de servir el vino, porque parecían existir aun peores augurios para quienes osaran echar el vino al revés, es decir, con la palma de la mano hacia arriba; e incluso para quienes tras abrir una botella de vino, no echara el primer sorbo al suelo. Semejante atrevimiento sería castigado con la persecución de los espíritus; y es que la razón de tirar al suelo las primeras gotas, no era otra que la de ofrecérselas a los muertos antes que a los vivos. ¡Pobre del que no lo hiciera!
Pero las supersticiones que acompañan al vino y a la forma de brindar no se limitan a épocas antiguas; aun hoy nos encontramos con aquellas que dicen que no se debe alzar la mano izquierda en el momento del brindis si se quiere esquivar la mala suerte. Los más supersticiosos deberán acompañar este momento de celebración con tres saltos sobre el pie derecho y estrenando copas cada año.
Y el que quiera asegurarse un más que feliz año nuevo, puede incluso brindar primero con las copas de vino del año anterior, arrojarlas y romperlas después contra el suelo, para terminar con un nuevo brindis, esta vez, en copas recién compradas. Todo un larguísimo y algo escandaloso ritual no apto para amantes del orden y de la limpieza. ¡Feliz año!
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