Hace pocos días que ha finalizado la vendimia en Bodegas Comenge, una vendimia que empezó el 7 de octubre y que ha resultado «buenísima y de sanidad absoluta», según Rafael Cuerda, director y enólogo de la bodega.

Además de la exquisita calidad del fruto, la cosecha 2016 se ha caracterizado por la excelente maduración y producción de la variedad Cabernet Sauvignon, el mejor año de la historia de la bodega. Sólo se paró de vendimia el día 13 de octubre debido a la lluvia, pero el agua precisamente ayudó a que la uva Cabernet terminara su desarrollo a la perfección. Para ese día el 90% de la uva ya estaba en la bodega.

Los rendimientos medios obtenidos han sido de entre 4.800 y 6.100 Kg/Ha., ya que la producción se va ajustando y controlando a lo largo del año mediante trabajos en verde, siempre en busca de la calidad de la uva. Ya hemos comentado en anteriores posts que la lluvia caída en vendimia, si no es excesiva y continuada, no tiene por qué mermar la calidad del fruto. La anticipación es fundamental, es por eso que durante el mes de septiembre  se deshojaron las caras de las cepas en las que los racimos estaban más expuestos al sol de la mañana con el fin de evitar una posible botrytis en caso de lluvia.

El resultado ha sido una vendimia «cómoda», con unos racimos de uvas pequeñas, una gran intensidad de color y los mejores niveles de estructura, polifenoles y aromas que Rafael Cuerda recuerda. Pese al calor del verano, la acidez se han controlado con precisión y está más equilibrada de los que se esperaba.

En un año donde la Denominación de Origen Ribera del Duero está batiendo récord de producción, en Bodegas Comenge continuamos con nuestra filosofía de ajustar los rendimientos a lo que cada una de las parcelas necesita e intentar trasladar nuestro magnífico paisaje a una copa de vino.