Una de las mayores riquezas de las que disponemos en España es la existencia de un gran patrimonio vegetal, diverso, rico y singular. La conservación de dicho patrimonio es tan importante como el de edificios históricos o algunas tradiciones culturales, pues son el legado de nuestro pasado.

En el caso de la vid ocurre lo mismo. Tristemente, tal y como ya comentamos en un post anterior, hay muchas variedades de vitis-vinífera que ha desaparecido o están a punto de desaparecer por muy diversos motivos. Desde enfermedades como la filoxera, pasando porque durante un tiempo se ha apostado por el cultivo de uvas más productivas, hasta la problemática de un relevo generacional en el campo han causado la prácticamente extinción de algunas uvas.

De algunas variedades se conoce su procedencia o su composición genética, pero sobre muchas otras no se sabe si derivan del cruce de otras o se su adaptación al terroir de una zona vinícola durante siglos.

La discusión es compleja y dilatada, por eso nos vamos a centrar simplemente en detallar cuáles son algunas de esas uvas autóctonas que es posible encontrar en diversas zonas de España. Y empezaremos con las uvas tintas.

Uvas de Castilla y León

  • Bruñal: Es una uva que se encuentra con este nombre en la zona de Arribes del Duero, el área vitícola que linda al este con el río Duero en la frontera con Portugal. La Bruñal es una uva pequeña, de ciclo corto y riesgo de pasificación, con gran contenido en azúcares. Su principal problema es la escasez de cepas y los costes de producción, ya que ofrece muy bajos rendimientos.
  • Rufete: Conocida en el Dao portugués como Tinta Pinheira, es posible encontrar Rufete en Salamanca, en las estribaciones de la Sierra de Francia. Es una uva delicada, pues tiene el hollejo muy fino y corre el riesgo de oxidación. Ofrece aromas a frutas rojas, monte bajo y especiados.
  • Prieto Picudo: Hablar de esta uva es hablar de León y vinos elaborados con la tradicional técnica del ‘madreo’. Sobre todo, se hacen vinos rosados, con intentos aromas a frutos rojos, caramelo de fresa y nata, gominolas…

Uvas de Galicia

  • Merenzao: Una uva reconocida como preferente en las Denominaciones de Origen Gallegas Monterrei, Ribeira Sacra y Valdeorras. Es una variedad especialmente sensible al oidio y al mildiu, por lo que el clima gallego no ayuda precisamente y, en definitiva, su producción debe ser muy cuidadosa. Ofrece vinos con bastante alcohol en relación con otros de la zona y acidez baja.
  • Brancellao: Al contrario que la Merenzao, es una uva bastante resistente, pero tiene el problema de que sus rendimientos son muy escasos. Además de en Portugal, se cultiva en Ribeiro, Rías Baixas, Ribeira Sacra y Valdeorras. Los vinos resultantes, en general, tienen aromas herbáceos y acidez alta.
  • Sousón: También conocida como Tintilla (no confundir con la Tintilla de Rota), es una variedad que se da muy bien en el clima gallego y además tiende a ser productiva. Es una uva bastante aromática y con alta capa colorante y taninos, por lo que es apta para elaborar vinos de guarda.

Estos son algunos ejemplos de esas variedades singulares que es posible encontrar en algunas zonas de España. En el siguiente post, detallaremos más información sobre las uvas de Canarias, La Rioja y Cataluña.