copa de vino

Como seguramente ya sabes, la degustación de vinos va más allá del hecho de beber vino. Se trata de una experiencia sensorial completa en la que participan todos los sentidos. Sin embargo, muchas veces se nos olvida que existen otros agentes externos a nuestros órganos que pueden ayudarnos a mejorar la calidad de esta experiencia.

Hoy vamos a hablar de los diferentes tipos de copas así como de los vinos con los que deben acompañarse. Antes de nada, aclarar que existen decenas de copas diferentes, además de distintas opiniones sobre qué copa va mejor con qué tipo de vino. Sin embargo, aquí te vamos a mostrar algunos conceptos indispensables y los tipos de copas más famosos.

Por supuesto, nadie espera que adquieras todas y cada una de las copas que podemos encontrar en el mercado. Muchas de ellas son intercambiables y sirven para múltiples vinos. Pero es importante que tengas un conocimiento básico para comprar las que mejor acompañen a tu vino favorito. O tal vez te toque ser el anfitrión de una velada especial y tengas dudas sobre qué copa escoger para el vino que vas a servir.

Cualidades que todo tipo de copa debe poseer

Cristal liso y transparente

Por muy de moda que se pongan las florituras o los diferentes ornamentos y filigranas en las copas, una buena copa de vino debe estar libre de decoraciones y ser incolora. ¿Por qué? Para poder observar el color del vino y de esta forma discernir si presenta alguna imperfección (ya sea en el proceso de elaboración, filtrado o a consecuencia del corcho de la botella). También te ayudará a identificar su nivel de oxidación y, si eres un experto, incluso detalles más específicos como el año de cosecha, la variedad de uva del vino o el tipo de elaboración.

Cristal muy fino

En circunstancias ideales, ha de ser de un milímetro de grosor. Por supuesto, esto presenta algunas desventajas. Es muchísimo más fácil que la copa se rompa, por lo que hay que tratarla con extrema delicadeza y cuidado. Pero este grosor es necesario para evitar que el líquido se caliente. Otra forma de lograr esto es mediante la presencia de un tallo largo. Así, al agarrar la copa por el tallo y no por el cáliz, no calentamos el contenido con nuestro contacto. Hay excepciones; la copa de coñac, por ejemplo, tiene un cuello corto y se sujeta por el cáliz para ajustar su temperatura.

Siempre de vidrio

Por último, la copa debe ser siempre de vidrio, nunca de metal o plástico.

Tipos de copa según su forma y uso

A continuación, vamos a enumerar los tipos de copa más famosos, con qué tipo de vino van y el razonamiento detrás de esta decisión.

Copa Borgoña

Descripción: copa grande, de cuello largo, boca abierta y forma más abombada. Nos permite apreciar todos y cada uno de los diferentes sabores, permite un fácil movimiento para dejar respirar el vino y poner sus aromas en suspensión.

Vinos recomendados: se recomienda para los vinos tintos más añejos (han pasado más tiempo en barrica o en la botella). Vinos como Riojas o vinos de la Ribera del Duero.

Copa Burdeos

Descripción: semejante a la copa Borgoña, su tallo es más alto y su cáliz menos abombado. Ayuda a concentrar el potente sabor del vino pero sin llegar a saturar el paladar.

Vinos recomendados: vinos tintos, preferiblemente jóvenes, de sabor potente y afrutado.

Copa Sauternes

Descripción: también similar a la copa de vino tinto (Burdeos), pero de menor tamaño. Su forma de tulipa potencia su acidez y frescura y, al estrecharse al final del cáliz, su aroma nos llega de inmediato.

Vinos recomendados: esta copa es específica para vinos blancos.

Copa Flauta

Descripción: copa que se caracteriza por su cáliz fino y alargado. Su forma ayuda a que el gas vaya saliendo poco a poco y no se escape de inmediato.

Vinos recomendados: este tipo de copa es ideal para los vinos espumosos, tales como el champán o el cava.

Copa de Oporto (recomendada para el oporto)

Descripción: se trata de una copa de pie ancho y cáliz corto y alargado. Esto permite la concentración del líquido, lo que potencia su fuerte aroma y dulzor.

Ahora que ya estás más familiarizado con los diferentes tipos de copas que existen y los vinos con los que combinarlos, es importante que conozcas un par de detalles más que te ayudarán a la hora de servir el vino.

Como hemos mostrado a lo largo de este artículo, si la copa está diseñada de una forma específica, por algo será. Dependiendo de la temperatura que deba tener el vino, así como de otros factores, nos inclinaremos más por una que por otra.

Pero también es importante la cantidad de vino, saber hasta dónde llenar la copa. Y esto variará en función del tipo de vino del que estemos hablando. Para empezar, es importante que sepas que nunca debes llenar la copa hasta arriba. Tienes que dejar al menos un tercio libre para que el vino pueda oxigenarse. Lo ideal es llenarla algo menos de la mitad. De esta forma, el aroma se va liberando lentamente (al mover la copa) y podemos apreciar hasta los aromas mas tenues y delicados. En vinos más potentes, debe llenarse incluso menos debido a su alta concentración aromática. Servir la cantidad adecuada es también importante para mantener a una temperatura óptima el vino. Nunca la llenes en exceso, es mejor servir el vino en pequeñas cantidades y agotar la copa antes de volver a rellenarla, máxime cuando se trata de vinos blancos, cuya temperatura de servicio es baja.

Esperamos que te haya quedado más claro esta parte del extenso mundo de los vinos; los diferentes tipos de copa que existen. Pero, ¡no te quedes en la teoría! Te invitamos a que pruebes por ti mismo la diferencia. ¡Ya verás qué cambio! Algo tan simple como la forma de un cristal puede elevar el nivel de esta experiencia sensorial de manera espectacular.